El año de la pandemia del coronavirus y el confinamiento se cerró con 151.000 hogares aragoneses donde solo residía una persona, es decir, 151.000 aragoneses viven en soledad al término del 2020. No obstante, la variación respecto al año anterior ha sido de apenas 3.000 domicilios (un 2%). En cualquier caso, la vivienda unipersonal es la segunda residencia más habitual entre los aragoneses, que parecen preferir vivir solos por cualquier razón económica, personal o laboral. El 27,8% de los hogares en Aragón son de una persona, solo por detrás de las casas con dos convivientes (31,4% del total), y que suman 170.000 hogares. Así se desprende de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) publicada este mes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

No es casualidad que las viviendas con dos personas sean las más habituales. De hecho, según la ECH el tamaño medio del hogar en Aragón es de 2,4 personas. Un dato que se asemeja mucho a la media nacional que es de 2,5. La comunidad, por otro lado, no se sitúa ni entre las regiones con mayor tamaño, ni entre las que menos. Las ciudades autónomas de Melilla (19,6%) y Ceuta (17,2%) y la Región de Murcia (9,1%) presentaron los mayores porcentajes de hogares de cinco o más miembros. Por el contrario, el Principado de Asturias (2,5%), Castilla y León (3,4%) y Extremadura (4%) tuvieron los menores.

Por otro lado, las comunidades con mayor porcentaje de hogares unipersonales fueron Principado de Asturias (31% del total de hogares), Castilla y León (30,2%) y La Rioja (28,9%). Por su parte, los menores porcentajes de hogares unipersonales se dieron en las ciudades autónomas de Melilla (18,9%) y Ceuta (20,9%) y en la Región de Murcia (21,6%). Asimismo, el número de domicilios de una persona aumentó un 2% en el 2020.

El número de hogares creció en el 2020 en todas las comunidades autónomas y no varió en la ciudad autónoma de Ceuta. Los mayores aumentos se dieron en Canarias (1,5%), Región de Murcia (1,4%) y en las Islas Balears y la Comunidad Valenciana (1,1% ambas). Aragón en este sentido estuvo mucho más reservado y apenas aumentó el número de domicilios respecto al 2019, solo un 0,7% más. Lo que se traduce en una variación de las 539.000 casas del año anterior a las 543.000 al cierre del año de la pandemia. A nivel nacional, España cuenta con 18,7 millones de domicilios para una población de 46,8 millones de habitantes.

Ancianos en soledad

Por edad, el 44,1% de las mujeres mayores de 85 años vivían solas, frente al 24,2% de los hombres. El porcentaje de personas que viven solas difiere por sexo y edad. Así, en las edades hasta 64 años fue más elevado en los hombres. Y en las edades mayores de 65 años fue mayor en las mujeres. En total, 2,1 millones de personas, mayores de 65, vivían solas, un 6,1% más que el año anterior. En edades tempranas (jóvenes de menos de 25 años) la propensión a vivir solo fue del 0,7% en los hombres y del 1,1% en las mujeres.

En Aragón, casi 26.000 hombres mayores de 65 años vivían solos, por 47.000 mujeres, también mayores de 65 años (un 80,7% más). Sin embargo, la diferencia se vuelve a la inversa con la población aragonesa menor de 65 años. 25.000 mujeres viven solas por 52.000 hombres, según refleja la ECH elaborada y presentada este mes por el INE.

Testimonios: «Vivir sola es poder marcar el ritmo de vida»

Aragón terminó el año con 151.000 personas viviendo en soledad. El hogar unipersonal es el segundo más habitual en la comunidad según los datos del INE. Varios jóvenes cuentan como es para ellos vivir en soledad, con sus dificultades y sus conveniencias. «Para mí vivir sola es poder marcarte el ritmo de vida. Poder decidir cuándo quieres ruido en casa o mejor disfrutar del silencio o cómo quieres organizarla», expresa María Lorente.

En esa misma línea, andan los argumentos de Diego Gil, un joven zaragozano que considera que es «vital» organizarse «bien» porque si no puedes llegar a agobiarte. «La verdad es que me las apaño bien, voy a trabajar, me hago la comida y la cena cuando quiero y lo que quiero. Hago deporte y luego las cosas de la vida cotidiana las llevo bien. La independencia te abre la mente», añade Gil. Diego Lozano, residente en la localidad turolense de Cucalón, cree que su mayor dificultad es realizar la compra. Que los alimentos no caduquen y tener que ir a la tienda más cercana que está a 30 kilómetros.

Carlos Lozano tiene 33 años y lleva viviendo solo unos 7 u 8 años. También cree que la compra es uno de los principales impedimentos porque los tamaños de los productos «están pensados para familias». O también, que buscar una vivienda para una persona, «que no sea una ratonera», es una «tarea difícil». «Hay un peligro de aislamiento si no eres capaz de buscar compañía fuera de casa, con la pandemia esto se magnificó ya que el contacto con amigos se limitaba a pantallas y eso te puede llevar a aislarte», recalcó Lozano.

Pero también encuentra las ventajas en la soledad. «La principal es, básicamente, que no discutes de nada con nadie, puedes hacer lo que quieras a la hora que quieras y sin que nadie te pueda juzgar por tus hábitos. Además de que aprendes a conocerte a ti mismo», asegura.