El Salud cerrará el próximo verano entre 200 y 500 camas en los hospitales de Aragón debido al periodo vacacional del personal y a la caída de la actividad asistencial por la menor presencia de usuarios. La diferencia entre el mínimo y el máximo es tan elevada porque todo dependerá de la evolución de la situación sanitaria y epidemiológica.

En cualquier caso, el Departamento de Sanidad de la DGA vuelve a barajar unas cifras parecidas a las de cada verano, ya que siempre se roza el tope de 500 camas a clausurar. Como referencia, el total de camas del Salud en los diferentes hospitales de Aragón es de 3.323 y, un año más, será agosto el mes por excelencia donde habrá una reducción mayor.

Según la reordenación prevista por el Salud, el hospital Clínico de Zaragoza será el que más camas cierre. Se estiman entre 31 y 174, en su mayoría en agosto. El segundo que más actividad paralizará será el Miguel Servet, que clausurará entre 27 y 110 camas.

También en Zaragoza capital, el Royo Villanova tiene previsto reorganizar entre 16 y 46 camas, mientras que serán entre 10 y 51 el Provincial (Nuestra Señora de Gracia).

En el hospital San Jorge de Huesca las camas afectadas serán 65 a lo largo de todo el verano. Aquí la cifra sí es única, lo mismo que en Barbastro, donde se cerrarán un total de 28. Por su parte, el Obispo Polanco de Teruel reducirá su actividad asistencial con 15 camas menos.

Organización habitual en tres hospitales

Por último, según la información de la consejería de Sanidad, hay centros que van a mantener su organización habitual y, en datos absolutos, no van a cerrar plazas. Se trata del hospital Ernest Lluch de Calatayud, el de Jaca y el hospital de Alcañiz.

El año pasado, Aragón afrontó el verano con cierta normalidad tras la desescalada derivada del fin del confinamiento. El Salud también planteó entonces bloquear un máximo de 500 camas, pero la situación epidemiológica dio un vuelco que obligó a cambiar los planes. La transmisión del covid se desencadenó en varias comarcas de la zona oriental de la comunidad, lo que dio lugar a una segunda ola en Aragón en pleno verano y cuando nadie lo esperaba.