Cuenta que cuanto tenía 8 o 9 años, según le dijo su madre, preguntó qué tenía que hacer ella para curar el cáncer. Lo hizo después de ver en la televisión un programa donde aparecían enfermos oncológicos. “Parece que lo tuve claro desde el principio”, cuenta entre risas. Son las 9.00 horas de este lunes y hace apenas 24 que se ha conocido que la aragonesa Patricia Sancho, del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón, va a liderar junto a su equipo un proyecto que tiene como fin último evitar la reaparición de un tumor cerebral en niños, el llamado meduloblastoma. “El reto es exigente, pero especial porque nunca he abordado esta enfermedad en menores”, explica.

Robarle unos minutos de tiempo al teléfono a Sancho parece complicado porque su agenda no sabe de horas libres. “Los lunes son frenéticos”, dice. Lleva 20 años vinculada a la investigación oncológica, en diferentes países como Inglaterra y Francia, y ahora podrá dar un nuevo salto de calidad a su trayectoria gracias a la ayuda de 60.000 euros por parte de Aspanoa que permitirá poner en marcha este proyecto. “Sin ellos y sin su dinero no podríamos iniciar esta investigación pionera", dice.

Personalmente, esta aragonesa siente que podrá quitarse “la espinita clavada” que se le quedó hace años tras una experiencia laboral en Francia. “Allí, a la hija de un compañero de laboratorio le detectaron un cáncer y fue horrible. Aquello me marchó mucho y ahora voy a poder abordar a estos pacientes. Estoy emocionada”, explica.

Objetivo: encontrar fármacos finalistas

Hasta el momento, Patricia Sancho y su equipo del IIS Aragón, en colaboración con dos profesionales de la Universidad de Upsala, en Suecia, ha estado centrado en el estudio de las células madre tumorales de cáncer de páncreas. Sin embargo, la experiencia de sus colegas suecos con los tumores cerebrales ha sido el respaldo fundamental para iniciar este proyecto. “El meduloblastoma es el tumor cerebral infantil más frecuente y poco se sabe de él. Crece tras un proceso de quimioterapia y la posibilidad de curación, si se reproduce, es muy escasa, por no decir nula. Tenemos dos años por delante para recopilar un listado de posibles fármacos finalistas que puedan ayudar a que este tumor no se reproduzca”, explica Sancho.

Es ahí, en evitar esas recidivas, donde se focalizará este grupo de investigación. Los ensayos clínicos se harán en ratones y, a mucho más largo plazo si las conclusiones van siendo efectivas, el último paso sería su aplicación en humanos. “Trabajaremos con modelos animales con tumores cerebrales de cuatro pacientes. Se les implantará al ratón y eso nos permitirá ir probando fármacos. En el IIS Aragón centraremos gran parte del trabajo, pero también mandaremos análisis e informes a la universidad de Upsala”, matiza Sancho.

"Hablamos de un cáncer muy poco frecuente, pero si logramos ayudar a estos pocos pacientes la satisfacción será muy alta porque, por lo general, quien lo padece no sobrevive"

Los meduloblastoma, de los que apenas se detectan al año dos o tres en niños de Aragón y 60 en toda España, no se producen en población adulta. “Digamos que surge entre los 5 y 10 años y puede llegar hasta los 20, pero no más. Son edades muy jóvenes”, dice. Su origen está en “esas células madre normales del cerebro que se vuelven malignas en un momento determinado” y eso conlleva a la aparición del tumor. “Son fallos en los tejidos y nuestro papel es atacar ese fallo. Hablamos de un cáncer muy poco frecuente, pero si logramos ayudar a estos pocos pacientes la satisfacción será muy alta porque, por lo general, quien lo padece no sobrevive”, lamenta.

Fue en 2017 cuando Patricia Sancho empezó a trabajar con el Grupo de Metabolismo y Células Madre Tumorales del ISS Aragón. La experiencia les hace disponer de material, equipos y una forma de trabajo muy “específica” que sin duda es una herramienta clave para este proyecto de cáncer infantil. “Sabemos cómo hacer los ensayos, las pautas a seguir, porque todo está establecido. Tenemos por delante dos años ambiciosos y ojalá logremos un listado con los fármacos posibles candidatos a curar este tumor. Sería maravilloso”, confiesa la doctora instantes antes de colgar. Tiene una reunión. El tiempo le apremia porque la investigación llama a su puerta.