Vodafone cerrará la tienda propia que tiene en Zaragoza, ubicada en pleno paseo de la Independencia, lo que dejará en la calle a ocho trabajadoras (seis de plantilla y otras dos contratadas por ETT) como consecuencia del expediente de regulación de empleo (ere) presentado la compañía, que contempla 509 despidos en toda España. Por el momento, se desconoce cuál será la afección del recorte de personal en la sede técnica y comercial que la operadora tiene en el polígono Cogullada, donde trabajan 26 personas.

La empresa tiene previsto bajar la persiana de 34 establecimientos a nivel nacional, un 5% del total de comercios que tiene la compañía en este país, dentro del proceso de reestructuración que está llevando. La empresa ha declinado hacer comentarios respecto a la negociación que acaba de comenzar pero reconoce que "el ajuste laboral en las áreas comerciales supone un paso más en el proceso de transformación de la compañía encaminado a impulsar la competitividad y la sostenibilidad del negocio".

En las tiendas que cerrarán trabajan un total de 237 empleados, poco más de la mitad de los afectados por el ere de 509 empleados (se ha rebajado de los 515 iniciales).

Inquietud en la plantilla

Los efectos del ere en Aragón podrían no quedar solo en la pérdida de esos ocho empleos. Fuentes de la plantilla expresaron su inquietud sobre la repercusión que puede tener entre el personal que Vodafone tiene en su sede de Cogullada, donde se gestionan servicios técnicos y comerciales (para clientes corporativos, grandes empresas o pymes) de la operadora en la comunidad. Desde UGT creen además que la reestructuración puede acabar dañando también aotras empresas auxiliares, como las tiendas externas gestionadas por franquicias o distribuidoras.

El recorte de personal de Vodafone se sumaría a los aplicados en los últimos años como resultado de los diferentes procesos de absorción y compras de varias empresas. La filial española de la multinacional británica es la heredera de Aragón de Cable (Able), que hace 20 años llegó a tener 130 trabajadores directos y dos centros de atención telefónica (call center) en Zaragoza con otras 100 personas. Esta operadora zaragozana se integró posteriormente en Auna (la antigua Retevisión), que fue comprada y absorbida en 2005 por Ono, la cual acabó en manos de Vodafone en 2015 por 7.200 millones de euros.

"Desde el lado social estamos rotundamente en contra de este recorte, que afecta de lleno al empleo femenino", señalaron fuentes sindicales de UGT Aragón en Vodafone. "Es un gravísimo error que supone castigar a las trabajadoras que en el periodo de pandemia han seguido al pie del cañón, dando la cara y arriesgando su salud", criticaron al recordar que la tienda afectada por el cierre ha estado abierta en todo momento durante la crisis sanitaria al ser un servicio esencial. "El premio que reciben por ese trabajo impecable es el despido", añadieron.

Desde UGT consideraron que la atención al cliente se puede prestar con plataformas telefónicas y online, pero el consumidor "tiene derecho a seguir viendo una cara que le atienda presencialmente", algo que es especialmente necesario para personas mayores o determinados colectivos.