El Premio Nobel de Física de 2021 ha correspondido en un 50% al profesor de la Universidad de Roma “La Sapienza”, Giorgio Parisi, por sus contribuciones al estudio de sistemas desordenados, especialmente los conocidos como 'Spin Glasses', los vidrios, y la posterior aplicación de estas ideas a campos tan diversos como la materia blanda, la biología o problemas de optimización en informática.

Es precisamente en torno al problema original de los 'Spin Glasses', el estudio teórico de estos complejos materiales, donde se ha desarrollado la más intensa colaboración con investigadores españoles de la Universidad de Zaragoza, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Extremadura.

Esta colaboración arrancó en 1986 con una estancia postdoctoral de Luis Antonio Fernández (UCM), seguida en 1987 con otra de Alfonso Tarancón (Unizar), con G. Parisi como director. En esta época G. Parisi trabajaba especialmente en el estudio de la teórica fundamental de las interacciones nucleares, concretamente en su formulación en la red (Lattice Quantum Chromodynamics) para estudiar las propiedades básicas de las partículas elementales llamadas hadrones (protones, neutrones…). 

Para ello impulsó y participó activamente en varios proyectos para la creación de superordenadores dedicados para el estudio de estos sistemas muy demandantes de potencia de cálculo.

Durante los años, la colaboración entre Alfonso Tarancón, de la Universidad de Zaragoza, y Parisi, no ha cesado. Desde mediados del año 2.000 se centraron en el proyecto de los 'Spin Glasses' que ha acabado contribuyendo en la concesión del Premio Nobel de Física 2021 más de 20 años después.