-Tras la pandemia, asistimos a una inflación y subida de costes de materias primas sin precedentes en las últimas décadas, motivada en parte por la guerra en Ucrania. ¿Cómo están viendo la situación desde las empresas familiares de Aragón?

-La estamos viviendo con preocupación. Estas circunstancias nos afectan directamente, como a todos. Algunas de las empresas de AEFA con una fuerte demanda energética, por ejemplo, están sufriendo antes las consecuencias. Es el precio de la energía, el de las materias primas, la incertidumbre … No es un buen momento, pero desde luego, no podemos quedarnos parados.

-¿Qué están haciendo las empresas aragonesas para adaptarse a estas circunstancias?

-Somos fuertes y nos adaptamos bien al cambio, lo hemos hecho en todas las crisis. Sin embargo, venimos de un periodo de crisis global para el que no estábamos preparados y ahora se ha sumado una nueva crisis que conlleva incertidumbre y freno a las inversiones y al consumo. Por otra parte, estamos viendo tanto sufrimiento, tantas víctimas, que no podemos ser ajenos a eso. Ahí muchas empresas, también de AEFA, están aportando medios para ayudar en la medida de lo posible. 

-En los momentos de crisis, sus negocios tienen más capacidad de resistencia. ¿Cuáles diría que son los puntos fuertes de la empresa familiar?

-Sí, nos adaptamos bien porque hay una mayor cercanía en los órganos de dirección y un compromiso total con nuestras empresas y equipos. Podemos decir que las decisiones se toman «en casa» y esto facilita esa toma de decisiones. 

Si escuchamos a cualquier empresario familiar, y somos 28.000 en todo Aragón, tenemos mucho en común: aspectos como la prudencia y la reinversión de nuestros beneficios en la propia empresa, la innovación, nuestra experiencia, la confianza en nuestra tierra o la colaboración entre empresas, son nuestros motores. 

-Al hablar de empresa familiar es inevitable hablar de relevo generacional. ¿Cómo es esa continuidad en las organizaciones aragonesas?

En realidad, cada empresa tiene su modelo porque las estructuras empresariales, al igual que las familias, son cada una diferente. Sea como sea, es necesario contar con un plan de sucesión, una hoja de ruta para el proceso de relevo generacional en dos aspectos: la gestión de la empresa y la propiedad. La redacción de un plan de sucesión te pone frente a situaciones futuras difíciles, como es un fallecimiento, pero es conveniente abordarlo con madurez y poniendo a la empresa en el centro ya que condiciona la continuidad de la empresa, los puestos de trabajo y el futuro del tejido empresarial. Además, hay que pensar en todos los actores del proceso, desde el que cede el mando, hasta el que lo toma, y esto debe hacerse con muchísima comunicación y comprensión por todas las partes para garantizar el éxito del mismo.

-Al margen del contexto actual, ¿a qué otros retos se enfrentan actualmente las empresas familiares de la comunidad para mejorar su competitividad?

-Este es uno de nuestros caballos de batalla, la competitividad. En Aragón no estamos bien situados ya que la posición en la que nos pone la regulación de los impuestos de sucesiones y donaciones es desfavorable si la comparamos con la de otras comunidades autónomas. Aquí se produce una desigualdad que hace que muchas empresas se vayan, o no se instalen aquí. Estamos alejando riqueza y empleo de nuestro territorio. Lo que está claro es que no hay mejor política social que preservar y fortalecer nuestro tejido empresarial, porque gracias a las empresas se crea empleo y riqueza en nuestra comunidad y eso redunda en beneficio de todos.

-AEFA ha celebrado recientemente su 25 aniversario. ¿En qué momento se encuentra la asociación?

-Como asociación estamos en un buen momento, estamos creciendo. En los últimos meses se han incorporado a AEFA cuatro empresas que vienen a sumar su experiencia a todos los socios. Somos ya 88 empresas de todos los sectores productivos y tamaños que generamos más de 60.000 puestos de trabajo, gran parte en Aragón. 

Nuestra aportación, sin embargo, llega más allá; colaboramos con las universidades y otras instituciones para compartir nuestros proyectos, know how, reinvertimos en el territorio y en estrategias de desarrollo sostenible... Formamos parte activa de nuestra sociedad. En estos años estamos consolidando el objetivo estratégico de crecimiento que nos marcamos.

-¿Qué supone para las empresas contar con el respaldo de la entidad?

-AEFA representa la trayectoria empresarial sólida, la ética y los valores o la innovación en la que todos nos movemos, cada uno desde nuestros sectores. Por otra parte, sabemos que la asociación defiende nuestros intereses comunes y resalta la figura del empresario por todo lo que aporta en Aragón, no solo en números económicos, que también, sino en algo mucho más valioso, el cariño y arraigo en nuestra tierra.

-¿Qué aporta la asociación a las empresas en cuanto a actividades y servicios?

-Uno de los aspectos fundamentales está siendo la formación de nuestros socios en temas relacionados con la empresa familiar (marketing, temas fiscales, protocolo, experiencias, etc.) y su especial idiosincrasia. También queremos aportar en otros sectores como las aulas. Si somos capaces de transmitir quiénes somos y los logros de las empresas familiares aragonesas, seremos atractivas para el talento y los jóvenes aragoneses. Pero si hay algo que hace la asociación es trabajar para eliminar aquellas barreras para la continuidad que no hay en otras comunidades autónomas.

-Para finalizar y volviendo un poco a la primera pregunta, ¿qué apoyo concreto necesitan las empresas familiares aragonesas en estos momentos? 

En este momento concreto las empresas necesitamos políticas que ayuden a compensar los efectos de la crisis tan fuerte que hemos empezado a notar en todos los ámbitos. En cuanto a las empresas familiares, necesitamos una modulación del impuesto de sucesiones que apoye la continuidad de las empresas aragonesas, que evite las fugas de las compañías y que permita que se instalen nuevas empresas en Aragón. 

Debemos conseguir hacer de Aragón una comunidad atractiva para las empresas, las inversiones y el talento. Está muy bien captar empresas multinacionales, pero no debemos de perder el foco en las miles de empresas familiares que llevan aquí muchos años y que están apostando por Aragón y que en estos momentos atraviesan momentos difíciles y necesitan ayudas para subsistir, porque siempre es preferible rehabilitar algo que reconstruir sobre la nada.