La luz roja se ha encendido en la Universidad de Zaragoza, que atraviesa una situación sin precedentes en cuanto a su gasto de energía. Debido al fuerte incremento que se viene sucediendo en el coste de la electricidad, la institución académica ya ha gastado este curso el 70% de la cantidad presupuestada para el consumo de luz (que son 5,97 millones de euros), una cifra que casi duplica la de años anteriores, que se situaba en un 40%. «Lo que le pasa a la institución no es diferente al resto del sector público», señaló José Antonio Mayoral, rector del campus público.

El escenario es tal que obliga a la Universidad de Zaragoza a trazar un plan urgente de medidas de ahorro que van más allá de apagar la calefacción 15 días antes de lo previsto. De manera inmediata, con las primeras acciones a realizar se pretende reducir en unos 3 millones de euros la desviación del gasto energético, pero el campus público piensa en el futuro.

«Sin esta propuesta y sin ninguna actuación en el horizonte, la situación dejaría en el campus un gasto aproximado de 8 millones solo en energía», detalló Mayoral. «Ante esta situación de incertidumbre, si no se toman medidas estaríamos en un punto donde ni siquiera con deuda a corto plazo lo podríamos afrontar», aseveró.

Nace la figura del interlocutor energético para optimizar recursos

El plan urgente de medidas en materia de energía de la Universidad de Zaragoza contempla la creación de la figura del interlocutor energético en cada centro universitario. Este tendrá el objetivo de coordinar acciones y establecer una línea de colaboración entre los centros y los servicios técnicos centrales. Según el documento del campus, cada centro deberá designar un interlocutor que deberá pertenecer al equipo directivo del mismo. Las medidas puestas en marcha y el seguimiento de las mismas las hará la Unidad Técnicas de Construcciones y Energía, a través del responsable de la Oficina Verde del campus. En periodo no lectivo (básicamente en verano), el interlocutor deberá comunicar al técnico de energía y medio ambiente designado aquellos espacios que, fuera del horario lectivo, tengan un bajo uso. El objetivo es que se pueda ajustar en ellos los horarios de climatización.

Aunque 2022 ha sido el año de la subida radical, ya en 2021 la Universidad de Zaragoza vio como su gasto energético se incrementaba. Por tanto, lo de ahora son «medidas de choque», pero también «de futuro» porque, una vez que se pongan en marcha, muchas de ellas se mantendrán para cumplir con el concepto de racionalización y eficiencia energética

Cuatro escenarios posibles

El gerente del campus, Alberto Gil, explicó que la institución ha contemplado cuatro posibles escenarios en función del precio máximo de la luz. El primero de ellos sería de inercia y el coste podría llegar a los 11 millones de euros con un precios de 296,75 euros el kilovatio hora. El segundo, ya bajo un contexto de mayor conflicto bélico, el gasto en electricidad llegaría a los 12,7 millones con 356 euros el kilovatio hora.

La tercera variable pasaría por un gasto de 7,9 millones, tras aplicar modificaciones. Y el último y cuarto escenario sería el más factible porque es el que más ahorro supone con 6,7 millones de gasto energético si se cumple la reducción de un 20% en la factura de la luz que prevé el Gobierno de España. «En todos ellos, en cualquier caso, hay una desviación sobre lo previsto inicialmente», recalcó Gil.

Racionalización de horarios

El plan de medidas de ahorro de la Universidad de Zaragoza no se puede extender a todos los edificios dada su casuística. En estos momentos, los centros que más energía consumen son los que acogen los institutos de Investigación, seguidos de la Facultad de Ciencias. Sin embargo, en prácticamente todos se contemplan medidas de mejora que garanticen «en todo momento» el confort energético.

En este sentido, el vicerrector de Planificación, Sostenibilidad e Infraestructura, Ángel Pueyo, detalló que se va a llevar a cabo un mejor aislamiento térmico en la Facultad de Educación de Huesca y en la de Económicas de Zaragoza, así como una transformación a led del sistema eléctrico de la Facultad de Ciencias.

También en la Politécnica de Huesca se prevé transformar y cambiar la caldera, mientras que el nuevo edificio de Filosofía y Letras ya contempla un proyecto sostenible y una infraestructura 100% energética.

Ya de cara al próximo académico, la institución quiere aplicar un plan de racionalización de los horarios que podrían modificarse y orientarse «a las horas de luz». En todo caso, la situación se analizará centro por centro. «Hay centros que hacen un parón al mediodía y quizás esto se puede reconsiderar para acortar la tarde. Otra idea sería adelantar los exámenes de tarde a la mañana», matizó Mayoral.

En este sentido, se contempla una actividad general universitaria de 8.00 a 17.00 horas. Aquí serán los centros los que determinen el plan de actuación, ya que tendrán que detallar en qué momentos la ocupación es baja o muy baja para, en función de eso, moldear horarios.

Financiación de la DGA

El nuevo contexto de incremento de la luz y de los precios de las materias primas obliga a revisar y reconsiderar el contrato programa de financiación con el Gobierno de Aragón. Esto puede llevar a alguna variación sobre el borrador inicial, aunque los primeros contactos ya se han mantenido y ambas partes están de acuerdo en que si hay que acometer algún cambio, se hará. De hecho, la previsión es firmar el contrato esta semana.

«No es que se vea condicionado por nuestra parte, sino que básicamente se había presupuestado todo en función de unos precios y ahora, al cambiar estos y subir, los tendremos que revisar para actualizarlo», dijo Pueyo