La Fiscalía Provincial de Huesca investiga el hallazgo de dos quebrantahuesos hallados muertos en el Pirineo oscense por agentes y técnicos de protección a la naturaleza (APN) del Gobierno de Aragón. Estas bajas se unen a otras tres este año en los Picos de Europa, otra de las zonas donde se está reintroduciendo. Los APN destacan la importancia de que la investigación lleve a la comisión de un delito contra la fauna.

Los ejemplares fueron hallados muertos el pasado invierno. Uno de ellos, bautizado como Ésera, apareció en el valle de Aísa, cerca de Jaca, mientras que el otro, conocido como Génova, fue encontrado en el valle de Escuaín, perteneciente el Parque Nacional de Ordesa.

Curiosamente ambos ejemplares habían sido soltados en los montes del Maestrazgo turolense, respectivamente en 2018 y 2020. Desde el sur de la comunidad migraron hacia el norte, según todos los indicios. Su hallazgo fue posible gracias a que ambas aves estaban dotadas de emisores GPS que indicaban su posición.

Los quebrantahuesos vuelven a ser una presencia habitual en el Pirineo altoaragonés. Y todo gracias a la labor conjunta de las administraciones autonómicas y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. En 1994, cuando comenzó el programa, existían en Aragón 39 parejas reproductoras.

Un APN fotografía el ejemplar muerto. APN

El quebrantahuesos es un ave carroñera especializada en la alimentación de restos óseos. Su amplia comisura bucal y la posesión de gran cantidad de células secretoras de ácido facilitan la digestión de los huesos.