Más de 130 personas en Aragón ya han sufrido este año alguna intoxicación alimentaria como fruto de los 18 brotes que, hasta el momento, figuran en los registros de Salud Pública. Estas enfermedades epidémicas se reproducen todavía más en verano, debido a las altas temperaturas y a la posible mala refrigeración de los alimentos, especialmente de aquellos que contengan carne cruda o poco cocinada, leche y productos lácteos en general.
De los 134 casos confirmados en lo que va de año, dos han requerido ingreso y la mayoría de los brotes han surgido en entornos institucionalizados (como residencias, guarderías, bares o restaurantes). A falta de conocer la evolución de casos en los seis meses que restan del año, la previsión es que se alcancen o incluso se superen los datos de 2021. El año pasado, en concreto, hubo 229 personas afectadas por intoxicaciones alimentarias en Aragón. Se registraron 24 brotes y cinco hospitalizados.
Con la llegada del verano crecen los encuentros sociales, los campamentos juveniles, las comidas en la playa, en el campo o en las peñas de los pueblos. En estas reuniones rara vez falta una tortilla de patata para la cual es fundamental usar huevos.
Los productos implicados que se han detectado este año en algunas de las intoxicaciones alimentarias van desde un roscón relleno de nata que provocó casos en Teruel hasta un pollo precocinado, envasado al vacío, que afectó a tres miembros de una familia en Zaragoza.
También un menú triturado, ofrecido en un centro sociosanitario de Teruel, un steak tartar tomado en Zaragoza o unos bocadillos con conserva de pescado han derivado este año en algún caso de intoxicación.
Tortilla de patata
Uno de los alimentos que cada año suele generar algún tipo de brote es la tortilla de patata. De hecho, fue en mayo cuando este alimento, adquirido en un establecimiento de Zaragoza tres horas antes de su consumo, provocó el malestar en varias personas y una de ellas tuvo que ser hospitalizada.
Durante la investigación se confirmó que el agente causal había sido la salmonela, ya que, según la información, la tortilla había sido «mantenida sin refrigerar» en el domicilio familiar, donde fue consumida.
Diarreas, vómitos y fiebre son los síntomas más comunes
Los síntomas más habituales como consecuencia de una intoxicación alimentaria son los vómitos, las diarreas y la fiebre. También pueden darse casos donde solo haya nauseas. Además, este año en Aragón se ha registrado a pacientes con gastroenteritis agudas y también con dolores abdominales a causa del malestar provocado por la ingesta de un alimento en mal estado. En cuanto al tiempo de duración de los síntomas, estos varían según el paciente y la gravedad del caso. Habitualmente suelen ser cuadros autolimitados de entre 24 y 48 horas, aunque en los registros del año pasado de Salud Pública figuran casos donde la intoxicación se prolongó hasta 14 días.
Con la llegada del verano crecen los encuentros sociales, los campamentos juveniles, las comidas en la playa, en el campo o en las peñas con motivo de las fiestas del pueblo. En estas reuniones rara vez falta una tortilla de patata para la cual es fundamental usar huevos.
La conservación de este alimento, sobre todo en momentos de calor, debe ser muy cuidadosa porque es lo que puede causar una infección como la salmonelosis. Si el huevo está poco cuajado, no se debería dejar más de dos horas a temperatura ambiente. Una forma de asegurar una correcta ingesta es hacer la tortilla con tiempo para que se enfríe y así asegurarse de que está bien cocida.
Las setas son otro alimento que provocan muchas intoxicaciones en Aragón. A partir de septiembre se empiezan a detectar los primeros brotes al llegar su época de recolección.
Además, es aconsejable no servir la tortilla en el mismo plato en el que se le da la vuelta, ya que puede producir una contaminación cruzada debido a los restos de huevo que quedan en el plato.
La temporada de setas deja numerosas intoxicaciones
Otro de los alimentos que en Aragón provoca intoxicaciones alimentarias bien por salmonela o por otro agente son las setas. En lo que va de 2022 no se registran casos como tal en los informes de Salud Pública, pero seguro que estos llegarán en la época de otoño, el momento álgido de su recolección y cuando muchos ciudadanos las recogen para su consumo personal.
La mahonesa es otro producto de riesgo con las altas temperaturas y, de hecho, se recomienda en general no usarla en residencias, banquetes, campamentos o guarderías. En todo caso, si se ha de utilizar se recomienda usar mahonesa industrial.
De hecho, no hay más que mirar los datos de 2021 para ver como a partir de septiembre se detectaron los primeros brotes alimentarios por el consumo de setas silvestres en Aragón. La provincia de Teruel y la de Huesca fueron las que más intoxicaciones por este alimento notificaron el año pasado, con al menos 15 personas afectas de las que dos tuvieron que ser ingresadas. Aunque podrían ser más porque hay infecciones en otoño donde quedó por determinar el alimento.
La mahonesa es otro producto de riesgo con las altas temperaturas y, de hecho, se recomienda en general no usarla en residencias, banquetes, campamentos o guarderías. En todo caso, si se ha de utilizar se recomienda usar mahonesa industrial porque en la casera se requiere huevos.
Precisamente una mahonesa elaborada en casa provocó la semana pasada un brote familiar de salmonelosis en la provincia de Huesca, con cinco afectados. Dos de ellos requirieron asistencia sanitaria. Este es el primer brote epidémico de origen alimentario del año en la provincia. H
