El Periódico de Aragón

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EL PRIMER VERANO SIN RESTRICCIONES

Menos turismo nacional y más extranjeros: vuelve la normalidad a los iconos turísticos de Aragón

Tras el histórico verano de 2021, las cifras vuelven a los registros de 2019. El ‘boom’ de las visitas nacionales se calma, pero los destinos de interior rozan el lleno

La plaza de Albarracín, repleta de turistas en las terrazas, un animado día de este verano.

Hay un rincón de Aragón para cada viajero. Sol, montaña, planes al aire libre, ciudades monumentales, estilos arquitectónicos únicos en el mundo y pequeños pueblos de interior que pueden trasladarnos al medievo solo en un abrir y cerrar de ojos. De norte a sur, hay alternativas para los más aventureros, que prefieren pasar el día subiendo picos y bajando barrancos.

Pero también para quienes buscan en puentes como este disfrutar de la calma que se escapa entre los dedos con la rutina del día a día, o para los apasionados de la historia.

Cada provincia tiene sus joyas y en unas jornadas clave para el sector turístico en general, los puntos cardinales para los turistas en Aragón ya detectan un cambio de tendencia respecto a los dos anteriores veranos. La normalidad prepandemia ha regresado en las costumbres, los perfiles de los turistas que visitan la comunidad autónoma y el número en que llegan a las calles de los pueblos y ciudades.

En Albarracín, en Alquézar o en Aínsa constatan el cambio de tendencia. Del inestable verano de 2020, pasando por el ‘boom’ de los destinos de interior de 2021, los responsables de tres de las localidades más turística de Aragón destacan que las aguas han vuelto a su cauce en este periodo estival.

«Este verano de 2022 hemos notado que no es tan intenso como 2021, pero que se asemeja muchísimo a las cifras de 2019», explica Michel Villalta, alcalde de Albarracín. En esta localidad turolense de calles empinadas y espectaculares edificios de ladrillo, el mejor termómetro para medir la afluencia es la zona azul de aparcamiento que gestiona el ayuntamiento. «En agosto de 2021 tuvimos 20.000 vehículos aparcados en la zona azul, lo que supone que unas 60.000 personas nos visitaron. Este año, la previsión es llegar a las 15.000 coches, casi como en 2019», explica.

Puede parecer que bajar en cifras es algo negativo. Sin embargo, los hosteleros y los gestores de la localidad no lo ven así. «El año pasado la ocupación era de más del 100%, la restauración no daba a basto. Era imposible. Tenemos 1.300 plazas hoteleras y 1.300 plazas de restauración, pero en agosto de 2021 hubo días con 5.000 personas en Albarracín», recuerda Villalta. Así, cuando la afluencia desborda tanto la oferta, las posibilidades de dar el mejor servicio se reducen.

Una charanga anima el ambiente en la plaza Mayor de Aínsa, este verano.

Las cifras de la oficina de turismo de Aínsa corroboran esta situación. La temporada estival está siendo «muy buena», pero «no llega a las cifras de 2021» del mes de julio. Lo explica su alcalde, Enrique Pueyo, que pone el acento en el «importante regreso de los turistas extranjeros» a la localidad.

Si el pasado ejercicio se caracterizó por una gran presencia de turistas nacionales, este año regresan los visitantes procedentes principalmente de Francia, Bélgica, Alemania u Holanda. Con una fuerte apuesta por las rutas en bicicleta, Aínsa y toda la comarca de Sobrarbe esperaba con ansia el regreso de los turistas extranjeros.

En la capital sobrarbense, las cifras de visitantes van este mes de agosto por delante de las de 2021 y «son muy similares a las de 2019, que fue uno de los mejores de la historia». Mientras, en julio se detectó una bajada del 7% de turismo en la localidad. Pero aquí la temporada no acaba casi hasta mitad de octubre, porque en septiembre Aínsa celebrará La Morisma, las fiestas patronales, la feria y el Climatic Festival.

También en la cercana Alquézar, en la comarca de Somontano, han recibido con los brazos abiertos a su turista principal, el llegado de Francia, que había estado más ausente durante la pandemia. «Los veranos de 2020 y 2021 fueron muy mayoritariamente de turismo español, porque la gente todavía no quería ir al extranjero ni a la playa. Pero este año está siendo lo contrario: el turista francés es muy mayoritario desde el mes de mayo», explica su alcalde, Mariano Altemir.

Con el principal puente festivo del año, que coincide con las fiestas patronales de la localidad, el cartel de «completo» está colgado desde hace semanas. Su gran símbolo, las pasarelas sobre el río Vero, siguen sumando viajeros, con «5.000 personas semanales este verano y 1.000 al día durante todo el mes de agosto».

Las rutas senderistas son uno de los atractivos de Jaca para el verano. Lovememories_foto

La concejal de Turismo de Jaca, Olvido Moratinos, señala que también en la capital de la Jacetania «el mes de julio hubo un 10% menos de consultas en la oficina que el año pasado». Sin embargo, recuerda que Jaca es por excelencia el destino con más segundas residencias de Aragón y que muchos de esos visitantes no entran en esta estadística.

Las perspectivas para el mes de agosto no pueden ser mejores: «tenemos más del 90% de ocupación hotelera todos los días del mes». Se nota en la alta ocupación de las actividades programadas, en las visitas guiadas y, asegura, «algo menos en la restauración», donde observan un «consumo más retraído que en los veranos de 2020 y 2021». Casi seguro, producto de la inflación.

Otro icono del patrimonio aragonés, el monasterio de San Juan de la Peña, también augura grandes cifras al cierre de la temporada estival. Según fuentes de Turismo de Aragón, en junio recibió 8.700 visitas; 14.800 en julio y 10.500 en los primeros diez días de agosto. El pasado día 9 batió el récord de la temporada, con 1.500 visitantes.

Fuentes del monasterio indicaron que está siendo un verano «muy bueno, con todas las visitas guiadas completas». Como antes de la pandemia, predomina el turista nacional y francés, y este año se dejan ver menos los visitantes de zonas lejanas de España, como «Murcia, Extremadura o Alicante», que en 2021 llegaron a este enclave en una buena muestra del cambio de tendencia turístico que provocó la pandemia.

Almonacid de la Cuba pierde un 10% de viajeros por el calor

Las sucesivas olas de calor de este verano han tenido consecuencias directas en los registros turísticos del municipio zaragozano de Almonacid de la Cuba, que ha anotado un descenso de entre el 5 y el 10% de visitantes este verano de 2022. 

Una de las guías turísticas de Almonacid de la Cuba, María Ángeles Ruz, explicó que este verano «está siendo muy flojo», principalmente por las olas de calor. «Mucha gente no se ha atrevido a venir porque gran parte de nuestras visitas son en exterior», añadió. 

Además, indicó que los datos de ocupación más bajos han coincidido con las máximas temperaturas en la capital aragonesa, de donde procede una buena parte de los visitantes. Por otro lado, este verano han rebajado la tarifa infantil a los menores de 10 años dado el perfil familiar de las visitas que suelen recibir. 

En la provincia de Zaragoza, el Monasterio de Veruela espera llegar a los 50.000 visitantes este ejercicio. Esta buena cifra no llegará, todavía, a los datos prepandemia, pero desde el centro consideran que mejorarán el registro de 2021.

«Para nosotros 2021 fue un buen año, pero creemos que este lo vamos a superar», señalaron las mismas fuentes. Estos meses de verano no son, ni de lejos, los mejores para el primer monasterio cisterciense de Aragón erigido al lado del Moncayo. «Septiembre, octubre y noviembre es nuestra mejor época», recuerdan, mientras reconocen que el perfil del turista es «eminentemente nacional, con una gran presencia de zaragozanos y turistas de Barcelona, Madrid o el País Vasco».

En la comarca limítrofe de Comunidad de Calatayud, el oasis del Monasterio de Piedra también está viviendo un «gran verano». Desde el hotel que alberga en su interior confirmaron que están «casi completos» para todo el mes de agosto, con multitud de celebraciones todos los fines de semana. El turismo de interior sigue pujando con fuerza también después de superar lo peor de la pandemia. 

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