El Casademont Zaragoza necesita un cambio urgente. O varios, seguramente. Lo pidió la grada, harta de ver perder a su equipo y, sobre todo, de un juego tan pobre. Le gritó "¡vete ya!" a Ponsarnau cuando sacó a Font a dos minutos del final y le despidió con pitos al final del partido. Peor aún, acabó ovacionando a Huertas y Shermadini y las acciones entre ambos que sentenciaron a un Casademont que se desangra sin que nadie haga nada. El equipo aragonés volvió a perder (62-77) en otra actuación tan escasa en ataque como en defensa en la que volvió a demostrar su endeblez y su fragilidad. Mentalmente es un equipo demasiado débil y baloncestísticamente tiene cada día menos recursos. La realidad es muy preocupante, con el descenso llamando a la puerta.

Y eso que no empezó mal la cosa. El Casademont salió con la lección aprendida en cuanto a intensidad y espíritu de lucha. Se aplicó en defensa todo lo que pudo para trabar el juego del Lenovo Tenerife. Consiguió desactivar las continuaciones de Huertas y Shermadini y provocó los errores en sus lanzamientos, lo que propició la igualdad en el marcador. El conjunto aragonés ya empezó exhibiendo sus problemas de ataque habituales, pero a igualdad de errores, equilibrio en el electrónico. El primer cuarto terminó con un pobre 12-11.

El problema para los zaragozanos fue que su ataque no mejoró. La mayoría de ellos eran largos hasta el extremo por falta de opciones y terminados de cualquier manera por quien tuviera el balón en las manos. Generalmente sin acierto, claro. El Tenerife fue poco a poco despegando y encontrando alternativas. Tiene más recursos, es verdad, más calidad, y si no había a quién pasar el balón, Huertas y Fitipaldo acababan las jugadas ellos mismos. 9 y 8 puntos anotaron cada uno en el segundo cuarto, más que todo el Casademont junto (15). 

Con eso bastó para que el Tenerife despegara (27-38). Para meter de nuevo al equipo aragonés en un serio problema, para obligarle a hacer lo que no ha hecho hasta ahora, reaccionar y remontar. Los problemas eran muchos. El ataque era el más evidente, pero en rebotes el Tenerife dobló al Casademont en la primera parte (11-22). En valoración era más del doble (20-48).

Al Casademont se le acumulaban los problemas. A los suyos propios se sumó el hecho de que el Tenerife se encontró cada vez más cómodo y pudo mantener la ventaja en la decena de puntos sin mayor esfuerzo. Apareció Shermadini con ocho puntos anotando con enorme facilidad ante un Casademont que ya no llegaba tampoco en defensa. Su ataque fue más de lo mismo y, para colmo, se quedó sin Hlinason por personales a 12 minutos del final. El islandés tuvo otra actuación discreta pero no fue culpa suya: no le llegó ni un solo balón en nueve minutos. Su salida llevó a Vanwijn al cinco.

En realidad, ya daba todo igual. Este equipo es incapaz de levantar diez puntos de diferencia a nadie, incapaz de recomponerse, de serenarse. No sabe jugar bajo presión y ahora va a tener toda la del mundo para salvar la categoría. El último cuarto solo sirvió para que el Tenerife ampliara su ventaja con el público coreando algunas de sus acciones. El Casademont ya no era nada. Solo Bone contra el mundo. Muy lejos de su rival, demasiado lejos de ser un equipo. Todas las alarmas están encendidas. Hace falta que no sea demasiado tarde.

FICHA TÉCNICA

Casademont Zaragoza: Cook (2), Bone (17), Waczynski (5), Radoncic (16), Deon Thompson (11) -cinco inicial- San Miguel (3), Mobley (2), Yusta (2),-) Vanwijn (4), Font y Hlinason.

Lenovo Tenerife: Marcelinho (20), Salin (3), Sastre (2), Doornekamp, Shermadini (22) -cinco inicial- Borg, Fitipaldo (12), Smith, Sergio Rodríguez (5), Wiltjer (8) y Fran Guerra (5).

Parciales: 12-11, 15-27, 19-19, 16-20.

Árbitros: Pérez Pizarro, Jorge Martínez y Roberto Lucas. Excluyeron por personales a Hlinason (m.28)

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 24 de Liga disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 5.437 espectadores.