El copiloto de un vehículo que sufrió el pasado mes de noviembre un accidente en Lécera murió seis días después de ingresar en la uci del hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza. Tenía 18 años. Ahora, el conductor implicado, de 19, acaba de ser imputado por la Guardia Civil como presunto autor de un delito de homicidio imprudente. Podría afrontar una pena de hasta 4 años de prisión.

El Destacamento de Tráfico del instituto armado está investigando este siniestro vial ocurrido el pasado 26 de noviembre, a las 23.00 horas, en el punto kilométrico 37,9 entre el municipio de Lécera y Belchite (Zaragoza). El coche, un Seat León, se salió de la vía y volcó violentamente en un campo aledaño.

Los agentes que instruyeron las diligencias analizaron todas las pruebas, especialmente, las rodaduras marcadas en la calzada, pudiendo determinar que la persona que iba al volante conducía con exceso de velocidad en el momento en que tuvo el siniestro.

Será ahora la investigación realizada por la Benemérita y dirigida por un juez la que determine el grado de responsabilidad del sospechoso ante la apertura de juicio oral contra esta persona.

La minuciosa investigación de cada uno de los siniestro viales por parte de la Guardia Civil puede conllevar que el accidente que inicialmente podía parecer una distracción o un problema de somnolencia sea, en realidad, una falta de respeto a las normas básicas de seguridad vial.

De ahí que no sea la primera vez que un atestado acaba en la imputación por homicidio imprudente. El anterior caso fue a un conductor por el accidente con dos muertos en El Burgo de Ebro ocurrido el 13 mayo del pasado año. Tuvo lugar sobre las 19.40 horas y consistió en una colisión en cadena entre cuatro vehículos (tres turismos y un camión), habiéndose producido, además, el choque frontal entre uno de los turismos y el vehículo pesado.

Dada la gravedad del accidente, los agentes se desplazaron de inmediato al punto kilométrico 200,700, un tramo sin desdoblar de la N-232, comprobando que los dos ocupantes de uno de los vehículos implicados se encontraban fallecidos. Era una pareja que residía en Quinto, de 63 y 58 años.

Tras realizar las correspondientes gestiones iniciales y la inspección ocular y tomar declaración a los implicados, los agentes comprobaron que el desencadenante del siniestro era el adelantamiento antirreglamentario por parte de uno de los conductores de los turismos implicados, un BMW Serie1.

Los investigadores de la Guardia Civil estimaron que esta conducta podría ser constitutiva de un supuesto delito de homicidio por imprudencia grave, al haber efectuado el adelantamiento en un tramo de vía en el que esta maniobra se encontraba prohibida por la señalización vertical y horizontal concurriendo, además, la circunstancia meteorológica adversa de una fuerte lluvia.