Anouar Et-Taouir fue condenado a 17 años de cárcel por violar y robar a una vecina de Zaragoza que se dirigía a su puesto de trabajo en la capital aragonesa la madrugada del 25 de agosto de 2021. Este joven marroquí, de 22 años y en situación irregular en España, salió de entre los matorrales del Canal Imperial y amenazó con un cuchillo que le puso a la altura del cuello y le condujo a empujones a un descampado. Allí le intimidó, le violó y le robó su teléfono móvil.

Ese día de agosto, Anouar Et-Taouir se cubrió el rostro con una mascarilla y una gorra, pero la Policía Científica no tuvo ningún tipo de duda de que él había sido el joven que asaltó y violó a la víctima. «Una muestra indubitable», declararon, pues en todos los vestigios que les hicieron llegar encontraron restos de su ADN y esperma.

De la pena impuesta por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza, trece años son por un delito de agresión sexual y cuatro por un delito de robo con violencia. Además, Anouar Et-Taouir –en prisión provisional desde el 29 de agosto de 2021– deberá indemnizar con 12.000 euros a la víctima y, en cuanto cumpla la mitad de la condena, podrá solicitar ser expulsado del país, cuyo regreso tendría prohibido durante los próximos diez años. Este es el acuerdo que alcanzaron las partes implicadas en la vista oral celebrada ayer y que contó con la conformidad del letrado de la defensa, Julián Guillén. La Fiscalía y la acusación particular solicitaron en primera instancia un total de 20 años de cárcel: 15 por violación y cinco por el robo.

"Luego me dijo que quería tener sexo conmigo"

La víctima recordó en la sala que ella se dirigía a su puesto de trabajo a eso de entre las 5.30 y las 5.45 horas de la madrugada. En un momento dado, escuchó como se cerraba la puerta de un coche y sintió que un hombre caminaba detrás de ella. Ese hombre era el encausado que se aproximó por su espalda, le amenazó con un cuchillo que le puso a la altura del cuello y le exigió que le entregara su teléfono móvil. «Me dijo que lo necesitaba sí o sí», declaró la víctima, a lo que añadió: «Luego me dijo que quería tener sexo conmigo». Fue entonces cuando, a base de empujones, le condujo a un descampado. Allí le acabó agrediendo sexualmente.

«No pensaba en otra cosa que no fuera mi familia», espetó la víctima. Tras consumar la penetración, Anouar Et-Taouir le exigió la contraseña del móvil, la cual le hizo repetir hasta en cuatro ocasiones para cerciorarse de que era la correcta. También le dio las monedas que guardaba en su bolso para que marchara. «Me fui a buscar a mi pareja para ir a denunciar», finalizó. La sentencia es firme.