Con normalidad y puntualidad, a las 8.30 horas tras un "¡Viva San Lorenzo!" comenzaron a sonar ayer las primeras notas de la Danza de las Espadas, justo enfrente del pórtico de la iglesia San Lorenzo en Huesca, como manda la tradición. Ésta, fue la primera actuación de los Danzantes este año, que dio el pistoletazo de salida al día grande las fiestas de la capital altoaragonesa en honor a su patrón, San Lorenzo.

A las 8.00 horas ya comenzaron los aplausos y los gritos de apoyo y ánimo para los Danzantes, que iban llegando. Eran cientos de oscenses y visitantes los que, desde primera hora de la madrugada, habían tomado posesión en la céntrica plaza oscense para ver como un año más, éstos ofrecían sus tradicionales bailes al patrón oscense, San Lorenzo en el día grande de las fiestas laurentinas.

Los Danzantes no defraudaron al los espectadores con su actuación, que comenzó puntual. La Banda de Música de Huesca, dirigida por el maestro José Luis Sampériz, fue la encargada de poner música a los dances de Las espadas, El Degollau, Las cintas y de Los palos.

Tras esta primera actuación, la más esperada y emotiva de todas, los espectadores vitorearon y alabaron una perfecta actuación de los Danzantes, que este año se presentaban sin ninguna novedad en sus filas. "Estoy hasta temblando y no es por el frío, éste es para mí el momento más bonito del año y como oscense siento a los danzantes y su música muy dentro del corazón", decía Sara Galindo que todavía tenía los ojos arrasados de la emoción. "Llevo desde las tres esperando este momento y llevo haciéndolo cinco años así, puedo asegurar que merece la pena", explicaba Laura López, que prefería esperar sentada en la puerta de la iglesia, a salir con sus amigas de fiesta.

Por su parte, el mayoral, Pascual Campo, se mostró muy satisfecho con el resultado, según explicó gracias al buen entendimiento con la Banda de Música y al aumento de ensayos. Este año han realizado cuatro ensayos desde el mes de mayo, frente a las dos que acostumbraban a hacer: "En mi opinión, esta primera actuación ha salido muy bien, pero siempre debe ser el público el que lo juzgue", comentó.

MOMENTO EMOTIVO Campo resaltó que "una vez realizada la primera actuación de San Lorenzo, llegamos con muchas ganas de participar en la procesión". Por otra parte, señaló que el espacio con el que cuentan para bailar en la plaza de San Lorenzo se reduce cada año debido a la cantidad de espectadores que se sentaban en el suelo.

Por su parte, el danzante Jesús Gracia también se sentía muy emocionado: "Es un sentimiento inexpresable, como oscense ser danzante es lo más grande que te puede ocurrir. Estamos continuando una tradición histórica y ya somos parte de la historia de la ciudad", explicó.

Javier Barquero es uno de los danzantes más jóvenes y, pese a ello, lleva ya más de quince años bailando. Él quiso resaltar la tradición familiar y en esta jornada grande en Huesca destacó la emoción y el apoyo de los oscenses. "Todos los años se siente la misma emoción" y "ya llevo quince años bailando y son muchos sentimientos; lo fundamental es ver entre el público a gente joven y a personas mayores que te apoyan y arropan, es lo más gratificante".

PROCESIÓN Tras la actuación de los danzantes, y con la emoción todavía a flor de piel, llegaba otro de los momentos más esperados. La peana del santo, llevaba por los miembros de la Cofradía de San Lorenzo, aparecía a las puertas de la basílica a las 9.15, también con puntualidad. En ese momento, la fiesta volvía a las calles con la Banda de Música de Huesca saludando con un pequeño himno al patrón de los oscenses.

La procesión, con las mairalesas, la peana del santo, la cofradía de Caballeros de San Lorenzo, la cofradía del Santo Cristo de los Milagros y San Lorenzo Mártir, inició la subida a la catedral acompañada de los danzantes y los oscenses. Una vez ahí, la procesión se completó con el obispo de Huesca, Julián Ruiz, y el cabildo catedral, así como con diversas autoridades, entre las que se encontraba el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Antonio Cosculluela y la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, que acompañó a la alcaldesa de Huesca, Ana Alós. Después volvieron a dirigirse a la basílica para celebrar la misa, oficiada por el obispo.