El arte debe mantenerse vivo. Eso debieron pensar los miembros de la compañía Almozandia Teatro cuando, tras un año de parón por la pandemia, se encontraron con algunas dificultades para sacar adelante un nuevo proyecto: la grabación de su tercer disco. Lejos de quedarse parados, los artistas exploraron nuevas soluciones y buscan, a través de la plataforma de crowdfunding Verkami, hacer llegar a su público este nuevo recopilatorio.

Pim, Pam, Fuera, el álbum en el que trabaja Almozandia Teatro, responde a una exigencia del público. «Nuestros seguidores nos pidieron un nuevo disco con nuevas canciones», explica Mayte Zamorano, miembro de la compañía. Este proyecto recoge en su interior muchos de los temas que la Almozandia Teatro representa sobre el escenario en varios de sus espectáculos: «En nuestras funciones siempre hay algún músico, así que cantamos algunas canciones con el público».

12.500 euros es el objetivo que se han propuesto alcanzar en la compañía. El período de financiación termina a finales de julio, y en estos primeros diez días de apertura al público ya han alcanzado casi el 20%. «La gente se va animando poco a poco», cuenta Zamorano, que cree que los diferentes regalos y categorías serán un buen reclamo. Desde 5 hasta 1.800 euros, Almozandia Teatro ofrece un abanico de opciones en los que chapas, camisetas, botellas, peonzas, sombreros artesanales o espectáculos en casa acompañan al disco en formato físico. «Hemos pensado en todo tipo de público, conscientes de la situación actual, para que cualquiera que lo desee pueda aportar», señala la actriz, advirtiendo que la categoría de financiación más alta está pensada específicamente para «empresas o ayuntamientos que quieran contratar nuestros servicios».

El tercer disco de Almozandia lleva mucho tiempo en preparación, ya que la compañía deseaba sacarlo a la luz en 2020, pero «la pandemia lo hizo imposible». La crisis del coronavirus afectó mucho a la cultura, y Zamorano cree que habrían necesitado antes «de protocolos concretos para las artes escénicas». El parón obligado redujo mucho el trabajo de la compañía: «Creo que el pasado verano hicimos entre un 10 y un 15% de las representaciones que hacemos habitualmente». En el momento en que las restricciones sanitarias lo permitieron, Almozandia Teatro volvió a subir el telón, fue la primera compañía aragonesa en regresar a los escenarios. «Somos un poco pioneros en la era poscovid», admite Zamorano. La vuelta de la cultura era un asunto entre dos: artistas y público. «Tenemos una relación recíproca con los espectadores: nosotros necesitamos hacer nuestro trabajo y el público demanda la vuelta de los espectáculos», reflexiona la actriz. El verano del 2021 se presenta bastante positivo, con «julio con bastantes funciones y agosto con tanto trabajo como en un verano anterior a la pandemia».

El nuevo álbum musical y los espectáculos teatrales no son los únicos proyectos de Almozandia Teatro. Por primera vez, la compañía ha llevado al papel una de sus funciones: «Tenemos varias obras que siempre hemos creído que quedarían bien en formato cómic». El misterio de Da Vinci, una aventura del genio italiano en busca de la Mona Lisa, es la primera incursión de la compañía en las viñetas. El tebeo cuenta con guion de Daniel Tejero (actor de Almozandia), dibujos de Moratha y supervisión didáctica del historiador Jesús Franco.

Pese a tener la campaña de crowdfunding concentrando todos los esfuerzos y volver en breves a los espectáculos, Almozandia Teatro piensa ya en el próximo 2022. Un año muy especial para la compañía, pues cumplirá 25 años subida al escenario. «Mantenemos la esencia de funciones para toda la familia, aparte de demostrar que el teatro es una buena terapia educativa», defiende Zamorano. Con la misma actitud innovadora y combativa de siempre, la empresa piensa ya en la celebración del cuarto de siglo: «Nuestro deseo es poder celebrarlo en algún teatro de Zaragoza». Almozandia Teatro, con proyectos presentes y futuros, mantiene su compromiso con el arte.