Las blancas paredes de la galería de arte Antonia Puyó contrastan con los vivos colores de los nueve cuadros que las adornan desde esta tarde. Mudanza, la primera exposición en solitario del artista Maiky Maik, muestra escenarios y paisajes cotidianos como un avión, una mujer, un caballo o un joven en un sofá, cerveza en mano. «Los cuadros enseñan una etapa de muchos cambios en mi vida, que comenzaron cuando me mudé a Barcelona hace un tiempo», comenta el artista. El proceso de cambio también se ha visto influido por la pandemia, que ha provocado en la sociedad un tiempo muy extraño: «He aprovechado para crear, porque ha sido un tiempo de trabajo introspectivo».

«También hay memoria, recuerdos y nostalgia», añade Maiky Maik sobre su obra. Los cuadros, aunque espejos de situaciones cotidianas que cualquiera pueda vivir, no se basan en ningún recuerdo concreto: «No me gusta representar la realidad, aunque respeto mucho a los artistas que los hacen. Prefiero valerme de las sensaciones». La creación de las obras del pintor zaragozano nace en cualquier lugar, porque «siempre llevo encima una libreta», y todas las situaciones pueden ser una fuente de inspiración, «aunque no todas se reflejan en los cuadros». Una conversación en un bar o un paseo por Barcelona, ciudad en la que reside en la actualidad, favorecen la creatividad de Maiky Maik, porque «estas representaciones de las sensaciones me parece algo mucho más personal».

Jugar con el pasado y con lo sentido llega al extremo de no estar seguro de si se ha vivido aquellos actos que inspiran al arte. Maiky Maik afirma que «un rayo de luz en un momento o el olor de un lugar» aparecen en sus recuerdos en el momento de pintar. «Es una sensación curiosa, porque tienes la sensación de que es algo conocido pero, a la vez, de no haber estado nunca ahí», sentencia el pintor.

Esta búsqueda de inspiración es muy necesaria para el artista, que «como todos los del sector», se ha enfrentado al problema del lienzo en blanco: «Al final te acostumbras a vivir con ello, sabes que estés un par de días bloqueado y luego volverás a pintar». Para evitar que esta paralización dure más tiempo, Maiky Maik tiene su propio modo de trabajo: «Pinto a la vez dos o tres cuadros. Así, cuando me atasco en uno, puedo seguir con otro y renovar las ganas de seguir trabajando».

La carrera del artista zaragozano comenzó en el mundo de la ilustración, el cual combina en la actualidad con esta nueva disciplina artística. Maiky Maik prefiere la pintura, «porque soy más libre, ya que en la ilustración debes atender a lo que pide el cliente», pero confirma que seguirá trabajando como ilustrador.

El artista tenía ganas de exponer en su ciudad natal. «Mi intención cuando salí de Zaragoza era ampliar un poco más el círculo», señala Maiky Maik, que cree que «estaría guay un poco más de oferta cultural en la ciudad». «Creo que se puede trabajar aquí, pero hay más escena cultural fuera», sentencia el artista.

El azul de Abrazo, el cuadro preferido de Maiky Maik de los expuestos en la muestra, iluminará la entrada de la galería Antonia Puyó hasta el 30 de agosto, fecha en la que Mudanza llegará a su fin.