Bruno Urdaneta es el joven protagonista de El cirujano de almas (Ediciones B), la novela de Luis Zueco, ambientada en el siglo XIX y que explora los avances de la medicina. Escrita durante la pandemia, la situación sanitaria y el embarazo de su mujer salpican una aventura cargada de aventuras, superación e historia médica: "No valoramos lo suficiente la importancia que tiene la medicina en nuestras vidas".

-¿Por qué un ingeniero de formación escribe novela histórica?

-Siempre me había gustado el género. Desde pequeño he escrito y, aunque trabajé unos años como ingeniero, siempre tenía en mi cabeza la idea de la escritura. Hasta que me lancé. Son ya ocho novelas en diez años y sin parar de hacer presentaciones y firmas.

-Ocho novelas con un importante proceso de documentación.

-Es un proceso larguísimo. Estudié la carrera de Historia para tener una base en la que apoyarme. Quería escribir desde siempre y siempre novela histórica.

-¿Es su género favorito también como lector?

-Sí, aunque leo de todo y siempre busco libros que sean muy originales. Sobre todo, me gustan los libros que tienen varias lecturas, algo que intento que también tengan los míos. En El cirujano de almas, por ejemplo, creo que hay tres lecturas: una primera, rápida, para conocer toda la trama; la segunda, para conocer el contexto histórico; y una última para fijarse en los detalles, sobre todo en la medicina y en sus avances. Por eso me gusta tanto este género.

-Hay escritores que prefieren no leer las novedades de su género.

-Yo lo que nunca hago es leer mis libros, pero sí estoy al tanto de las últimas novelas históricas que se publican._En especial, de lo que sale en otros países, para ver al género lejos de España.

-¿Cómo ha sido la documentación de El cirujano de almas?

-Una fase muy larga, ya que aunque conozcas la época tienes que investigar mucho sobre ella. Es un proceso demasiado largo y que tienes que saber cuándo parar, porque cada documento te lleva a otro pero no todos te aportan cosas para el relato. Hay que darse cuenta de que igual estás todo un año documentándote sin escribir una sola línea. La fase de documentación les encanta a todos los novelistas históricos, porque si no, no te metes en un proyecto así.

-Bruno Urdaneta, el protagonista del libro, es un joven criado lejos de sus padres. El huérfano o el niño sin padres es un personaje clásico en la novela histórica.

-¡Porque era muy habitual en la época! Los doce años de entonces no son como los doce años del siglo XXI. Ahora vemos a los chavales como niños, pero entonces ya se consideraban adultos hechos y derechos. Hay que crear la historia con personajes de la época y tampoco hay tantos modelos diferentes. Se deben utilizar personajes reales, porque tienen que ser auténticos y fieles a su época: nunca invento algo que no puede ser, aunque quede muy bien con la trama. La novela histórica te hace escribir dentro de una muralla de la que no puedes salir.

-¿Se tiene que controlar para no romper con esa barrera?

-He tenido que controlar más el tema médico, porque creo que en ocasiones iba a relatar algo demasiado fuerte. No deja de ser una época diferente y nuestros baremos han cambiado. Cuentas algo de esa etapa y te quedas alucinado. Me gusta entrar en los detalles, pero si hay algo que no es necesario para la trama, no lo pongo.

-¿En qué se ha apoyado para relatar la parte médica?

-Sobre todo en las fuentes de esa época. Tratados de entonces, más que en libros actuales que cuentan la historia de la medicina. Es una situación que se puede hacer por estar ambientado en el siglo XIX, es un estudio que, por ejemplo, en la Edad Media no se podría hacer, por la falta de información. He sido un poco Bruno Urdaneta, porque he leído lo mismo que él estudiaba.

-Hay espacio, incluso, para una amenaza de epidemia en Barcelona.

-Sí, y se demuestra que una de las soluciones era el aislamiento y la cuarentena. Resulta curioso ver cómo hemos resuelto de una forma similar una pandemia en el siglo XXI.

-La presencia de la medicina es acorde a los tiempos que vivimos.

-En el prólogo defiendo que la medicina es una de las cosas que nos diferencia del resto de las especies, porque nos preocupamos por nuestros semejantes. También, mientras escribía El cirujano de almas, mi mujer estaba embarazada, por lo que constantemente íbamos a revisiones, veíamos ecografías… Por eso incido tanto en los partos y los progresos médicos a su alrededor.

-Defiende en el prólogo que la Historia es la mayor aventura de todas.

Porque la Historia en sí es aventura. Hay librerías que catalogan juntos los géneros de Historia y de aventuras; a mí me encanta. Una novela histórica sin aventura no tiene sentido. Pero es que no hay aventura más grande que la propia historia de la humanidad.