Con la inauguración ayer de la primera edición del Saraqusta Film Festival, el primer festival de cine y series históricas celebrado en la ciudad, hoy toca repasar la historia de algunos de los muchos cineastas que ha dado Aragón al mundo del cine.

Me centro en los cineastas porque un día como hoy pero del 1900 nació en la zaragozana localidad de La Almunia de Doña Godina el director de cine Adolfo Aznar. Apenas vivió tiempo en La Almunia, ya que a los 4 años sus padres se trasladaron a Madrid, pero Adolfo Aznar siguió teniendo mucha relación con los pueblos natales de sus padres, tanto Ateca como Lupiñén. Esa relación con Aragón se mostró desde luego en su cine, aunque los primeros pasos que dio Adolfo en el mundo del arte fueron en el campo de la escultura, donde ya de joven se labró un nombre.

Adolfo Aznar

Adolfo Aznar SERVICIO ESPECIAL

Fue en el año 1928 cuando rodó su primera película, Colorín, en la cual no solo dirigió sino que también fue guionista, realizador e incluso actor. Ese mismo año rodó también su primer largometraje, Gloria, y así continuó en los años siguientes siendo uno de esos pioneros de la primera industria cinematográfica en España. En el año 1933 rodó Miguelón en el Alto Aragón y cuya figura principal fue interpretada nada más y nada menos que por Miguel Fleta, el gran tenor que en la década de 1920 había asombrado al mundo de la ópera y se había convertido en uno de los mejores tenores de la historia. Sin embargo, la película acabó siendo tristemente un fracaso debido a problemas con el sonido. Adolfo Aznar siguió trabajando en películas, documentales e incluso en cortometrajes infantiles a lo largo de las décadas de 1930 y 1940, aunque siguió practicando también la escultura. Lamentablemente, la mayor parte de su filmografía se ha perdido.

Florián Rey

Florián Rey SERVICIO ESPECIAL

Y seguimos en La Almunia de Doña Godina, pues también allí nació el director Florián Rey, aunque su nombre real era un más normal pero menos glamuroso Antonio Martínez del Castillo. Nació un 25 de enero del año 1894, y fue si duda uno de los mejores cineastas españoles del cine mudo y de la industria cinematográfica durante la segunda república. Su obra La aldea maldita estrenada en el año 1930 es considerada por muchos expertos como la mejor película del cine mudo español, mientras que en los años siguientes realizó obras icónicas como Nobleza baturra (1935) o Morena Clara (1936), protagonizadas ambas por la famosa actriz Imperio Argentina con la que Florián Rey se había casado en 1934, aunque su matrimonio apenas duró hasta 1939 y justo cuando el dictador Adolf Hitler la cortejaba constantemente, según declaró la actriz en varias ocasiones.

Sus películas de los años treinta cosecharon un enorme éxito que casi hacía preludiar el surgimiento de una importante industria cinematográfica española, pero el estallido de la guerra civil acabó con esos sueños y cortó la propia trayectoria profesional de Florián. De pensamiento conservador, llegó a estar afiliado a Falange aunque nunca fue franquista. Durante la guerra fue junto a Imperio Argentina a Alemania invitados por el propio Hitler donde rodó un par de películas, pero acabó regresando a España al término de la guerra y con su matrimonio finiquitado. Tras el final de la guerra, Florián Rey llegó a rodar algunas películas de renombre como La Dolores (1940) protagonizada por Concha Piquer, pero nunca se adaptó al cine de la dictadura franquista al cual denominaba «infracine» y prefirió retirarse en 1957.

Segundo de Chomón

Y hablando de cineastas, es imposible resistirse a hablar del grandísimo Segundo de Chomón. Nacido en Teruel el 17 de octubre de 1871, no solo fue uno de los primeros directores de cine en España, sino que también fue pionero en el mundo de los trucajes cinematográficos que derivaron en los llamados «efectos especiales». Segundo tuvo que cumplir el servicio militar en Cuba entre los años 1897 y 1898, justo cuando se estaba desarrollando la terrible guerra por la independencia cubana. Consiguió sobrevivir y regresó en 1899 a París, donde ya había estado años atrás. Es en ese momento cuando descubrió el cinematógrafo y quedó totalmente prendado de este nuevo aparato surgido apenas unos años antes. Ahí comenzó una larga trayectoria en la que le ayudó su esposa Julienne Mathieu, que ya trabajaba en un taller coloreando fotograma a fotograma las películas de Méliès. Chomón desarrolló sus propias técnicas siendo precisamente a la par que Méliès el pionero a nivel mundial de esos efectos especiales, siendo una de las personas que más han contribuido al desarrollo del cine tal y como lo conocemos.

Y si seguimos en la provincia de Teruel, hay que hacer una parada obligatoria en Calanda, localidad en la que nació el conocidísimo Luis Buñuel, que quizás y junto a Francisco de Goya son los aragoneses más universales. Y es que su trabajo como director de cine no solo le hizo famoso en España, de donde tuvo que exiliarse tras la guerra civil, sino que también alcanzó una enorme fama en países como México, Francia o EE.UU. Es de hecho el primer español en lograr para una obra suya el premio Oscar a mejor película extranjera gracias a la producción francesa El discreto encanto de la burguesía (1972). Tal era el reconocimiento mundial que recibía Buñuel que en aquel año de 1972, algunos de los mejores cineastas de Hollywood del momento como George Cukor, John Ford, Billy Wilder, Rouben Mamoulian o el inefable Alfred Hitchcock (que a Buñuel no le hacía ni fu ni fa), organizaron una pequeña merienda privada en una mansión de Beverly Hills para homenajear al cineasta calandino. El llamado «banquete de los genios».