¡Qué cara de satisfacción sacaban ayer los aficionados del Casetas de San Miguel!. El calor sofocante lo paliaron con ver un partido de los que dejan huella y no era para menos, porque la apuesta por la juventud estaba dando una respuesta magnífica, barriendo sobre todo en la segunda parte a su oponente a base de entrega, espíritu de sacrificio, saber estar y correr, mucho correr.

El Casetas realizó una primera parte un poco sosa con la colaboración del Sariñena, que tampoco hiló muy fino y mostró mucho centrocampismo. Solo fue reseñable un gol anulado al Casetas por estimar el asistente que había habido fuera de juego de un delantero local.

La segunda parte fue maravillosa: los de Víctor Fabro salieron dispuestos a desafíar al calor y al Sariñena que, por cierto, estuvo encogido y le valió que fuera encorrido literalmente por los jóvenes jugadores caseteros. El gol de la victoria llegó en el minuto 72 por medio de Villalba, tras sacar Isidro una falta a la derecha del portal defendido por Caballero. La celebración fue por todo lo alto y con el marcador a su favor siguieron a la carga con total entrega y pudieron meter al menos cuatro goles que marraron Aitor, en los minutos 83, 87 y 93, y una Plou en el 92. Las dos únicas ocasiones del Sariñena las tuvo Teto, pero Chema estuvo seguro.