El montañismo aragonés vivió en la mañana de ayer una nueva jornada para la historia. Carlos Pauner y Marta Alejandre alcanzaron la cima del Dhaulagiri, la montaña nepalí de 8.167 metros de altura. Era la primera ocasión en que una aragonés hollaba la cima de este mole. Fue una doble revancha en una de las montañas malditas para el alpinismo aragonés, una cumbre asediada y a la vez codiciada por los mejores escaladores y en la que murieron dos de los más grandes del himalayismo aragonés: el zaragozano Pepe Garcés y el ejeano Santiago Sagaste.

La gesta se produjo a las dos de la tarde hora nepalí, diez y cuarto de la mañana hora española. Pauner firmaba su octavo ochomil, mientras que Marta Alejandre era la primera escaladora aragonesa en coronar uno de los catorce techos de la Tierra. Tras su intento fallido en el 2006, en el que se retiró de en el Campamento III debido al tremendo vendaval, el jacetano daba en la diana y se quitaba de encima una de las montañas más temidas y peligrosas junto al Annapurna, el Kangchenjunga y el K-2.

Fue el mejor homenaje que podían recibir tres grandes del montañismo y cuyos cuerpos yacen en las heladas laderas del Dhaulagiri. En octubre del 2001 se caía por la peligrosa travesía final, a 7.900 metros, Pepe Garcés tras retirarse sin hacer cumbre. El pasado mes de mayo el Dhaula se cobraba dos nuevas víctimas. El navarro Ricardo Valencia, amigo íntimo de Pauner, y el zaragozano Santiago Sagaste se vieron sorprendidos por un alud mientras descansaban en el Campamento III.

ATAQUE MASIVO En la mañana de ayer se realizó un ataque masivo al Dhaulagiri. Entre polacos, austriacos y españoles andaba el juego. Un total de 25 expedicionarios querían aprovechar las escasas opciones que les diera el Dhaulagiri. A las tres de la mañana partieron Pauner y Alejandre del Campamento III, ubicado a 7.300 metros, después de haber pasado una mala noche casi sin apenas dormir. Tras once horas de dura ascensión, lograba su octavo ochomil Pauner. Hora y media más tarde llegaba rota por el esfuerzo Alejandre tras subir en una jornada 850 metros. Javier Pérez desistió del intento el martes y se reserva para el ataque al Everest (8.848 metros).

Otros tres españoles aprovechaban la ventana de buen tiempo y alcanzaban el Dhaulagiri por la ruta normal. Eran los vascos Assier Izaguirre y Edurne Pasabán, junto al catalán Ferrán Latorre y al ecuatorinao Iván Vallejo. Todos ellos pertenecen al equipo de Al Filo de lo Imposible.

LAS MUJERES El éxito es enorme en esta montaña en la que las mujeres fueron las grandes protagonistas. Junto a la gesta de Alejandre, Edurne Pasabán subía su décimo ochomil y empataba con Nieves Meroi y Gerlinde Kalterbrunner. Ahora le toca a esta última subir esta montaña en las próximas horas. De esta manera, la austriaca se pondría en cabeza. Por si fuera poco, Iván Vallejo, gran amigo de Sagaste con el que ascendió el Shisha Pangma, hacía pleno y entraba en la lista de oro de los alpinistas que han alcanzado los catorce ochomiles.

Tras firmar este gran éxito y de manera súbita, se produjo en la cima una tormenta con gran aparato eléctrico. Pauner se vio obligado a descender de manera vertiginosa y, tras superar la travesía cimera, esperó a Alejandre en la cota de los 7.900 metros.

A últimas horas de la tarde Pauner y Alejandre superaban una de las jornadas más exigentes de su vida y descansaban en el Campo III. Esta previsto que alcancen el Campamento Base esta mañana. Pero antes recogerán el material que tienen depositado en el Campamento II. Desde aquí al deseado Campamento Base tienen otras cuatro horas más de camino. Si no hay novedad, Carlos y Marta recibirán el abrazo de Javier Pérez en el Campamento Base en el mediodía en España.

Después llegará un descanso demasiado corto para la cordada aragonesa. Javier Pérez, Marta Alejandre y Carlos Pauner tendrán que ponerse las pilas para concluir este periplo con éxito subiendo el Everest por la vertiente nepalí. Tienen previsto comenzar su ataque en la segunda quincena de este mes. Es el gran reto de Carlos Pauner, que quiere auparse a los 8.848 metros sin la ayuda de oxígeno.