La victoria ante el Valencia dejó en el Real Zaragoza un poso de relajación anímica que luego le tradujo la realidad de la clasificación en confianza y felicidad, una vez conocidos los resultados de sus rivales en la batalla por la permanencia. El conjunto aragonés cerró la jornada cuatro puntos por encima del descenso a la espera de repetir partido en casa, el sábado ante el Málaga, en un encuentro que ha alcanzado una categoría especial, al menos distinta a la de las últimas semanas, en las que se peleaba únicamente por sobrevivir, por dar un paso más.

La historia ha cambiado. Se supone, se cree, que una victoria ante el equipo andaluz dejaría la permanencia a la vista, algo que no sucedía desde hace meses. "Se aclararían bastante las cosas", dice Nayim, consciente de que, además, el Málaga quedaría por debajo en la tabla, "y probablemente el Racing, que juega contra el Real Madrid".

Así las cosas, la etiqueta del partido cambia. De la necesidad y la angustia se pasa a un tipo de triunfo de similar felicidad pero distinta importancia. Lo definió ayer el segundo entrenador del Zaragoza: "Si el otro día ante el Valencia era la final de la Champions, ante el Málaga es la Intercontinental". Es decir, el panorama es diferente antes del partido, porque no aprieta tanto la angustia, la ansiedad, la intranquilidad. Sería opuesto, desde luego, después del encuentro en el caso de que el Zaragoza sumase una nueva victoria. Ahí no solo pesaría el lado anímico, sino que el conjunto aragonés podría quedar por primera vez en las últimas semanas, que suman meses, tres puestos por encima de la zona de descenso.

Pero no hay laxitud, al menos trata de evitarse por todos los medios. Conocido el pasado reciente y los revolcones que se llevó el Real Zaragoza después de algunos partidos reconfortantes, al estilo del jugado el pasado sábado ante el Valencia, la consigna última se repite. "Hasta que no se acabe esto, nada", dice Nayim. Se refiere, claro, a que hasta que el equipo no haya certificado la salvación, no hay lugar para la tranquilidad, mucho menos para la relajación. Por ahora. Después del Málaga ya se verá.