El Espanyol no tuvo piedad del colista y, sin excesivo brillo, firmó un 1-0 gracias a un latigazo de Abraham en la primera mitad que supone la sexta derrota consecutiva del Córdoba, un marcador que permite a los catalanes llegar con la moral alta a las semifinales de la Copa. El escenario fue radicalmente distinto para los Djukic, rendidos en el césped al acabar el choque. El equipo cambió con la entrada de Bebé al descanso. Metió miedo a los blanquiazules en el tramo final del choque, aunque no pasó de eso y acabó por caer.