Se le escapó el partido al CAI Zaragoza en un visto y no visto. En menos de cinco minutos a caballo entre el primer y el segundo cuarto, cuando el equipo aragonés pasó de imponer el ritmo del partido a no alcanzar el compás que marcó el Valencia Basket. La salida de Bellas de pista rompió la cadencia aragonesa, el Valencia apretó a Sergi García, que perdió dos balones seguidos, las faltas frenaron la defensa zaragozana y el partido pasó del 7-15 en el minuto 5 al 30-20 en el minuto 12. El partido quedó roto ahí y hasta el final solo hubo un intento de minimizar daños que tampoco acabó funcionando (87-68).

La derrota no es un drama, aunque la diferencia acabara siendo excesiva, pero sí resultó sorprendente el cambio tan radical que sufrió el equipo en tan breve espacio de tiempo. Un giro que tiró por tierra los, de nuevo, muy buenos minutos iniciales del CAI para dejar paso a un duelo entre dos rivales jugando a diferentes velocidades. El CAI ya no encontró respuestas, más allá de la irrupción de Jelovac en los últimos minutos, su juego se deslavazó, su defensa se diluyó y dejó crecer a un Valencia apoyado en un Dubljevic imparable pero bien secundado por el resto del equipo.

Al CAI Zaragoza le penalizaron, sobre todo, dos factores, las numerosas pérdidas cometidas, muchas de ellas en ese intervalo clave de tiempo, y el bajo porcentaje de tiro de tres que mantuvo durante toda la noche. El CAI perdió, prácticamente regaló, 19 balones que el Valencia --con solo 5-- no desaprovechó. De lejos, solo acertó en 4 de sus 18 intentos, por lo que de poco le sirvió igualar con el Valencia en 18/31 en tiros de dos. El equipo de Pedro Martínez supo explotar la debilidad aragonesa, la ausencia de Henry. Por ahí le atacó y cambió el ritmo del partido para ganar.

El CAI duró en partido los primeros siete minutos. Tras el colapso que sufrió con los cambios, especialemente con el base, ya no hubo encuentro. El Valencia jugó a lo que quiso ante un CAI ya fuera de rueda y fue aumentando la diferencia hasta brincar los veinte puntos. Eso sí, el CAI no entró en pánico e intentó trabajar para reducir la distancia. La derrota parecía ya inevitable, pero en Europa se impone pensar también en la diferencia de puntos para posibles desempates en el grupo. Quiso acercarse en el marcador y lo consiguió hasta los 12 puntos (76-64 a tres del final) con un Stevan Jelovac, entonces sí, enchufado y anotador. Pero al final, ni eso le salió bien al CAI Zaragoza.