Los hombres de Didier Deschamps pisaron ayer el césped del Estadio de Francia en un ambiente cargado de emoción. Habían pasado 137 días desde los atentados de París y la selección francesa regresó por primera vez a Saint Denis desde aquel fatídico 13 de noviembre en que tres kamikaces saltaron por los aires en las inmediaciones del recinto deportivo, causando la primera de las víctimas mortales de una noche sangrienta que se llevaría por delante otras 129 vidas.

El seleccionador tricolor intentó que este martes sirviera para hacer catarsis y seguir adelante. El choque acabó con triunfo francés por 4-2. Kante, Gignac, Payet y Coman marcaron los tantos del cuadro galo, uno de los favoritos de la próxima Eurocopa, que arrancará en Saint Denis el 10 de julio.

La seguridad también marcó la jornada, para la que se ultimó un amplio despliegue formado por 1.300 agentes y 400 policías desplazados a la zona del estadio. Había francotiradores situados estratégicamente en cada esquina, además de un equipo de intervención de las fuerzas especiales de la Policía en el interior del campo. Los 65.000 espectadores que asistieron al encuentro pasaron numerosos controles. Bolsos y mochilas fueron registrados sistemáticamente. El presidente francés, François Hollande, no acudió al campo.

En otros amistosos, Alemania devolvió a Italia a la realidad (4-1) y Holanda puso los pies de Inglaterra sobre la tierra (1-2) en la última jornada de partidos de preparación, que ratificó la mejoría de Portugal, que doblegó a Bélgica (2-1).