El Dakar, una de las grandes manifestaciones deportivas del año, tiene estas cosas. Puede hacer que alguien como Evo Morales, presidente de Bolivia, invitado a la salida del maratoniano rali por Horacio Cartes, presidente de Paraguay, escriba en su cuenta de Twitter: «El Dakar no solo es comercio, no solo es turismo, el Dakar es, especialmente, integración que une al mundo. El deporte une naciones y corazones».

Y así empezó el Dakar 2017 en Asunción (Paraguay) o, más concretamente, en Atyrá, camino de Resistencia, una localidad norteña argentina. El primer día fue sencillo, casi un tramo de calentamiento. Y nunca mejor dicho, porque al vencedor, el príncipe catarí Nasser Al-Attiyah, se le incendió su Toyota, justo bajo el culo de su copiloto Mathieu Baumel. Aún y con todo, Al-Attiyah ganó la etapa e, inmediatamente, apagaron el pequeño incendio.

«A unos 10 kilómetros de la llegada, vimos humo y llamas en el asiento de Mathieu», comentó Nasser, ya menos asustado. «Tuvimos que ralentizar el paso para terminar la etapa y, en la meta, pudimos apagarlo». Al-Attiyah, que lideró la caravana del Dakar, integrada, finalmente, por 318 vehículos (144 motos, 87 coches, 50 camiones y 37 quads), completó los 38,5 kms. de la primera cronometrada en 25 minutos y 41 segundos, mientras que el vencedor de motos, el francés Xavier de Soultrait (Yamaha), lo hizo en 28.20 minutos, aunque fue sancionado con un minuto extra por exceder el límite de velocidad en el enlace posterior a la cronometrada por lo que Joan Pedrero (Sherco) lidera la general.

La primera etapa fue de tanteo, precisamente para chequear que las mecánicas estuviesen a punto para resistir la dureza que les espera. De ahí, el susto que se llevó Al-Attiyah, sabedor de que su Toyota (y el del catalán Nani Roma) es de los pocos que puede meter miedo al equipo Peugeot, repleto también de auténticos dakarianos campeones. El catarí superó ayer a los españoles Xavier Pons (Ford Range, segundo, a 24 segundos) y al propio Nani Roma (Toyota, a 29 segundos).

Fue, en efecto, un día de tanteo pero es digno de destacar, como ocurre casi siempre en los arranques del Dakar, que los grandes favoritos en motos se reservaron, de ahí la séptima plaza de Joan Barreda (Honda) o la 17ª plaza, a casi un minuto y medio del líder, del actual campeón, el australiano Toby Price (KTM).

Si Al-Attiyah, uno de los grandes favoritos en coche, se llevó el susto de este bautismo dakariano, Barreda también se asustó «y mucho». Cuando trataba de superar al piloto que llevaba delante «porque no paraba de comerme el polvo que provocaba su estela», tuvo que cruzar un inmenso charco a toda velocidad «y la moto se paró de pronto». Barreda, que ha abandonado en las dos últimas ediciones por distintas averías, trató de ponerla en marcha y tardó casi dos minutos en lograrlo. «Al principio, ha fallado un poco pero rápidamente he podido recuperar un buen ritmo».