Cascadas y estrechos en territorio de mineros

El nacimiento del Río Martín COMARCA DE LAS CUENCAS MINERAS (TERUEL)

Cuando se habla de un Gran Recorrido no se sintoniza la excursión familiar. No sirve esta discriminación para el 262. La ruta que baja junto al río Martín cruza sierras de Teruel y Zaragoza hasta su desembocadura en el padre Ebro. La recomendación con niños para terminar agosto se sitúa justo en la etapa inicial de este camino de marcas rojas y blancas.

Hay que comenzar en la población de Las Parras de Martín, con acceso carretero desde Utrillas o Pancrudo. En este punto se puede remontar o descender el Martín. Empezamos ‘bajando’ hacia el salto del Chorredero. Tras pisar el asfalto, al llegar al paraje de Aguzadera, se toma un sendero que remonta un arroyo hasta el cobijo de piedra de donde brota la cascada. Varias cuevas, llamadas de Las Brujas, de pastores descubren el uso de este rincón. Para mejorar las vistas es posible subir hasta el cerro. El regreso se hace por el mismo camino. En total son unos cuatro kilómetros tranquilos. Si uno se ha quedado con ganas de más puede dirigirse hacia el otro extremo, siguiendo las marcas GR. hacia San Martín, hasta donde no llegaremos. 

Sí a otro salto, el del Horcajo del Pajazo. Se sale desde las Parras por una pista forestal que baja hacia el estrechamiento poderoso conocido como Los Horcinos. El camino deja a un lado el desvío a la fuente del Batán y, tras franquear el collado del cabezo del Royal, cae hasta el cauce del río. 

Al alcanzar este lugar comienza un tránsito por una pasarela de madera que está colgada en la roca, muy seguro y sin vértigos. Este pasillo de troncos nos adentra en el Pozo de Las Palomas. El GR prosigue río abajo por el siguiente canal rocoso en cuyo final se localiza la cascada del Pajazo. El regreso se completa en menos de una hora sin distracciones. 

Entre bosques de ribera y proezas de la ingeniería

La Muralla del Canal COMARCA DE LA RIBERA ALTA (ZARAGOZA)

El Jalón es uno de los principales afluentes del Ebro en su orilla diestra. Caminar por sus hoces, cercanas a Calatayud, es una opción bastante visitada durante todo el curso. Esta que aquí describimos comprende un paseo sin ningún tipo de dificultad para recorrer en familia el último tramo fluvial del Jalón y acompañar al Canal Imperial como guardaespaldas del Ebro.

Grisén, a menos de 30 kilómetros de Zaragoza por la A68, se encuentra en la Ribera Alta del Ebro. El punto de partida de la excursión es la plaza de España. Hacia el sur, saliendo del pueblo por la calle Tiro de Bola, se toma una pequeña carretera asfaltada que transita junto al Jalón y alcanza una zona de recreo cubierta y un panel explicativo. 

Cerca de este punto una pasarela nos permite saltar el río y conduce el itinerario hacia la otra orilla bajo la protección de un frondoso bosque de ribera que alivia del azote del sol de agosto. Unos 600 metros después se cruza un par de veces la acequia de Pinseque, varios campos de labor y se divisa la ermita de Peramán, cuando aparece la impresionante muralla del Canal, acueducto del Jalón, obra del ingeniero Julián Sánchez Bort. Un poco más adelante se encuentra y visita la almenara de San Martín, buena muestra de ocurrencia de Ramón Pignatelli por la que circulaban barcazas décadas atrás. 

No queda más que regresar a Grisén. Para ello se continúa caminando por la misma orilla del Canal. La senda es cómoda, pero la falta de protección con el paso del agua hace que haya que tener vigilancia sobre los menores. Tras pasar bajo unas vías se halla un puente que cruza al otro lado del canal y se llega pronto a Grisén sin llegar a completar seis kilómetros en no más de hora y media.

La muralla de Grisén dentro del Canal Imperial de Aragón. TURISMO RIBERA ALTA

Cruzando abetales bajo la mirada del castillo de Fals

El Congosto de Cajigar COMARCA DE LA RIBAGORZA (HUESCA)

Las pasarelas de Montrebei y la muralla china de Finestres se han convertido en las atracciones para el senderista en la Ribagorza Oriental. Sin embargo, hay otras opciones para pasar una media jornada en familia sin sufrir bajo la canícula de agosto. El Congosto del Cajigar en la localidad de Tolva es una sombría excursión de no más de dos horas con un divertido recorrido que concluye en un cerrado barranco transitable sin problemas.

A Tolva se accede por la Nacional 230 que sube hacia el Valle d’Arán. Aparcando el coche en la entrada del pueblo, se toma una calle en bajada junto a la famosa panadería. Tras pasar el barrio de la Balsa, el camino se hace sendero descendiente hacia el río. Obviar el desvío de la GR-18 y la circular de las Bruixas para alcanzar una piedra llamada Pinyana. Mas adelante, junto a la Manroya tricolor, y con un banco y un punto de información, se pasa por un puente metálico a una chopera. Se sigue por la orilla izquierda hasta cruzar un antiguo basal previo al molino abandonado. Aquí crece un abetal plantado por un vecino que hacía negocio en Navidad en Barcelona. En lo alto, sobre un crestero, el castillo de Fals observa desde su torre.

Se vadea varias veces el Cajigar, cruzando por un antiguo paso de cadena y por un plano, con otro panel informativo junto a la desembocadura del Riu Sec. Pronto, el cauce se encajona en un barranco donde las paredes parecen querer abrazarse. El cauce es transitable hasta un desprendimiento que ha empotrado una gran roca entre los murallones. Este es el final. Se vuelve por el mismo trayecto hacia Tolva en una excursión cómoda, fresca y asumible.

Las paredes del barranco del Cajigar. S. R. A.