Tantas críticas han recibido las cajas de ahorro en las últimas semanas por lo lenta que va su reestructuración que ayer se sintieron en la necesidad de proclamar que la responsabilidad no es suya. "Si nos atáis los pies, por qué me criticáis que vaya lento", les espetó el presidente de la patronal CECA, Juan Ramón Quintás, a las autoridades implicadas: los gobiernos autonómicos y, de forma inusual por hacerlo públicamente, al Banco de España.

El líder patronal afirmó que el supervisor financiero está presionando a las entidades para que no pidan ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancario (FROB) para ajustar su estructura de forma individual, sin recurrir a una fusión. "Les reciben con una palabra amable, que en el caso del regulador es un buen consejo: ¿Por qué no te has buscado compañía?", aseguró.

Quintás defendió que la reestructuración individual, contemplada en la normativa del FROB, es una opción válida para entidades con el tamaño suficiente para acudir solas a los mercados de capitales. "Pero choca con la reticencia institucional de algunas autonomías, que quieren tener una caja mayor, y con el Banco de España, que parece que quiere fusionar cuantas más entidades mejor, sin tener en cuenta la eficiencia, sino el número de entidades resultante", criticó.

REGULAR LOS SIP La patronal también advirtió de que hay un buen número de cajas que esperan que se "aclare" la figura jurídica de los Sistemas Institucionales de Protección (SIP), las llamadas fusiones virtuales, que permiten compartir recursos y riesgos manteniendo su vinculación al territorio de origen. El Banco de España, según Quintás, "vació de contenido" la propuesta de regulación que hizo la CECA hace unos años y, a resultas de aquello, su regulación actual es "muy escasa y deja muchos temas abiertos"

En particular, atacó, resulta "absurdo" que la entidad dominante del SIP pueda ser un banco, un establecimiento financiero de crédito o una cooperativa, pero no una agrupación de cajas. En el sector, añadió, existe el temor de que este impedimento pueda terminar por desembocar en su privatización.

El presidente también lamentó las trabas autonómicas a las fusiones entre cajas de distintas regiones y el retraso con que el Gobierno ha llevado el FROB a Bruselas. "Casi el 50% del sector está pendiente de que se clarifiquen las cosas", apuntó sobre las operaciones pendientes. Quintás también desveló que ha aconsejado a las cajas vender activos antes de acudir al FROB, ya que las ayudas son muy caras. Algo que hace que el fondo no vaya a contribuir a reactivar el crédito, como era uno de sus objetivos.

Las cajas ganaron 4.947,7 millones de euros el año pasado, el 34,6% menos. La eficiencia mejoró gracias al recorte de 2.436 empleos y 782 oficinas.