--¿Cuál es la medida más decisiva de la reforma laboral?

--Introduce cambios importantes en nuestro marco de relaciones laborales: la contratación, la flexibilidad interna... Pero, ninguno de ellos aborda un auténtico cambio que dote de mayor flexibilidad a las empresas en la gestión de los recursos humanos y que facilite su crecimiento, la economía y el empleo. Pese a ello hay aspectos positivos como la reducción de plazos en los despidos colectivos y modificaciones sustanciales de trabajo, la calificación de improcedencia en vez de nulidad, o la legalización de las agencias de colocación con ánimo de lucro.

--¿Cuáles son sus puntos débiles?

--Hay dos debilidades claras. Primero, que nace por imposición gubernamental, provocando desconfianza. Segundo, el hecho de que se haya tramitado como real decreto, generando la apertura de un proceso como proyecto de ley, con posibilidades para mejorarla a través de las propuestas de enmienda que puedan presentar los grupos parlamentarios. Es malo al ser una norma de aplicación claramente provisional.

--¿Y en cuanto a contenido?

--Se ha producido una limitación temporal del contrato por obra, una mayor rigidez en la sucesión contractual y una subida de los costes de la indemnización, lo que no impulsa el empleo. En cuanto al despido colectivo, se intenta flexibilizar el procedimiento y las causas, pero no se logra, y en cuanto a las causas, no se concretan debidamente, lo que genera inseguridad jurídica y conflictividad. Hay otros aspectos que inciden sobre el coste del despido, como el pago de una parte por el Fogasa en determinados casos y el Fondo de Capitalización que se espera esté en vigor para el 2012. Por otro lado, la intermediación laboral y la legalización de las agencias privadas de colocación con ánimo de lucro, es una medida positiva, aunque llega con retraso y su entrada en vigor está sujeta a desarrollo reglamentario.

--¿Qué medida cree que hubiera sido importante y no se ha incluido en la reforma?

--Temas como la formación o el absentismo laboral; sin olvidar un tema importante como la negociación colectiva.

--¿Considera que la reforma logrará crear empleo?

--Una reforma por sí sola no crea empleo sin una reactivación de la economía, por ello, un marco de relaciones laborales adecuado es esencial para el desarrollo de las empresas, de la economía y, por tanto, del empleo. El problema es que hoy las empresas necesitan un ordenamiento jurídico laboral más flexible para adaptarse a las circunstancias del mercado y competir con empresas mundiales. También es primordial que se facilite la contratación, la gestión de los recursos humanos internos, con una mayor flexibilidad interna, y también el ajuste de las plantillas.

--¿Y eso se consigue con esta reforma?

-- Es muy arriesgado prever los efectos de la aplicación de una norma pero aún así las medidas tomadas no son suficientes y su alcance será muy limitado.

-- Las ETT han salido beneficiadas, ya que podrán participar en la contratación de empleo público. ¿Están satisfechos?

--No podemos estarlo porque es mucho más lo que puede hacerse a favor de empresas y demandantes de empleo. Las ETT podrían canalizar la temporalidad causal de corta duración y abrir la posibilidad de realizar los contratos formativos, canalizando, con mayor eficacia, los colectivos a los que van dirigidos los contratos en prácticas y para la formación. Son las instituciones que mayor intermediación laboral realizan en España, siendo, para trabajadores y desempleados, la vía más eficaz para conseguir un empleo.

-- Como intermediarios del mercado laboral, ¿cuáles son las perspectivas de empleo en España y en Aragón para lo que queda de año? ¿Y para el 2011?

--Resulta muy complicado hacer una previsión. Dependerá de si se produce una reactivación real de la economía o no y en gran medida de las reformas que se puedan acometer, entre ellas de la laboral. Es cierto que en el último mes se han mejorado los datos del desempleo, debido sobre todo al efecto estacional de algunos sectores. En Aragón, se posee la tasa de paro de larga duración más baja de España. Pese a ello, la previsión para el tercer trimestre del 2010, presenta la dinámica laboral más desfavorable, con una marcada destrucción de empleo alcanzando, previsiblemente, una tasa de paro del 14,9%.