Melocotones de Calanda, peras del maño de Embid de la Ribera, manzanas verde doncella de Paracuellos del Jiloca, cebollas dulces de Fuentes, zanahorias ecológicas de Monzón, zumos de Binaced... Las frutas y hortalizas de Aragón llenaron de color, aroma y sabor la feria Fruit Attraction, que se celebró esta semana en Madrid. Un total de 24 expositores representaron a 107 empresas de la comunidad, en colaboración con el Departamento de Agricultura y Alimentación, con el objetivo de fomentar el consumo de estos alimentos y abrir oportunidades comerciales para los proveedores de una región con una importante producción hortofrutícola.

En la jornada inaugural, el pasado miércoles, los agricultores aragoneses recibieron la visita del consejero Gonzalo Arguilé y del director general de Fomento Agroalimentario, Pedro Orduna. "Cada año aumenta nuestra presencia aquí porque ya casi es tan importante como la de Berlín y porque no se pueden perder oportunidades de negocio", destacó Arguilé, quien recordó que la comunidad cuenta con más de 34.000 hectáreas de fruta dulce y cerca de 9.000 hectáreas de hortalizas. Aragón es la primera productora nacional de cereza y de melocotón, junto a Cataluña. Con una producción anual de 480.000 toneladas y una facturación de unos 264 millones de euros anuales, representa el 27% de la producción final agrícola de la comunidad.

El lema de la feria, El mejor mercado para cultivar negocios, atrajo a productores y comercializadores de toda España y del extranjero. Respecto a Aragón, hubo una representación de "lo más significativo" del sector, según definió Arguilé. No faltaron las empresas agrupadas bajo la denominación de origen Melocotón de Calanda, la Asociación de Mayoristas de Frutas y Verduras de Mercazaragoza (Fructifica) y numerosas cooperativas de zonas frutícolas como La Almunia de Doña Godina, Fraga o Calatayud.

Una de estas firmas, Frutas Erruz, llevó hasta Madrid las mejores piezas de su cosecha para intentar atraer nuevos clientes. Su responsable, Arturo Erruz, es la tercera generación de una familia de agricultores que lleva 90 años a pie de campo y que emplea a una media de 100 personas. Su apuesta es la manzana verde doncella, a la que quiere devolver su fama. "Está perdiendo cuota de mercado porque la gente joven no la conoce y, como es más costosa y delicada de producir, ha quedado como artículo de lujo", lamenta.