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Opinión

Carta de dolor y rabia a Tata

Asustados, dolidos, con rabia contenida. Vivimos expectantes ante una situación que no podemos entender ni queremos aceptar. Tata Motors no está enferma, a esta empresa la quieren hacer desaparecer, liquidar. Malditos tiburones, insensibles sin corazón.

Tata Motors incomprensiblemente dejo de admitir pedidos y subió los precios. ¿Con qué objetivo? Parece obvio: aprovecharse de la situación de crisis general para hacerla desaparecer del mapa de Aragón con el menor coste posible, agarrarse a lo que la ley permite y protege en favor de los más fuertes.

A través de esta carta, pedimos a quien corresponda que nos ayude, que nuestros representantes, las personas en las que hemos confiado para velar y proteger nuestros intereses y derechos agoten todos los recursos de los que dispongan para ayudar a las 287 familias a las que quieren pisotear, ningunear y poner en peligro el futuro y la estabilidad de sus hijos.

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