Tras casi siete años de crisis financiera, CaixaBank avanza, como el resto del sector, en el lento camino de drenar la morosidad del balance, y mejorar la rentabilidad del negocio. El banco presidido por Isidre Fainé y dirigido por Gonzalo Gortázar logró a 31 de septiembre de este año reducir el ratio de morosidad en 118 puntos básicos, hasta situarlo en el 10,48%. La entidad acumula tres trimestres consecutivos de caídas de la tasa de morosidad y logró rebajar los saldos dudosos en 3.925 millones a 31 de septiembre de este año. A pesar de la mejora, el banco siguió destinando recursos a provisiones, es decir, a cubrir créditos dudosos, pero en menor proporción que hace un año.

CaixaBank ganó 466 millones en los nueve primeros meses del año, un 1,6% más que en el mismo periodo del año anterior. La cuenta de resultados reflejó la evolución ligeramente más positiva de la economía española y también de los tipos de interés cercanos a cero en la zona euro.

Así, hasta septiembre, el margen de intermediación, que recoge fielmente la actividad puramente bancaria basada en cobrar por los préstamos y remunerar los depósitos, se situó en 3.074 millones de euros, un 4,7% más. El resultado final se benefició también de un aumento de las comisiones (4,1%) cobradas a los clientes por la comercialización de fondos de inversión y productos fuera de balance.

El beneficio también mejoró gracias al ahorro derivado de la reestructuración de plantilla.