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CONFLICTO INTERNO EN UN SINDICATO ARAGONÉS

La suspensión de Aguar divide a FSP y ahonda la crisis en UGT

Varios delegados ven "desmesurada" la expulsión y hablan de "política del miedo". El hasta ahora líder de Servicios Públicos califica de "cacicada" la decisión de Madrid

La suspensión de Aguar divide a FSP y ahonda la crisis en UGT

La decisión de la Comisión Confederal de UGT de suspender al hasta ahora máximo responsable de la Federación de Servicios Públicos (FSP) en Aragón, Ignacio Aguar, ha "indignado" a buena parte del comité regional de esta sección sindical, una de las más importantes de la organización con cerca de 7.000 afiliados. Diversas fuentes de UGT Aragón calificaron de "totalmente desmesurada" la medida y consideraron que la crisis abierta "va a partir por la mitad la federación e incluso el sindicato". Una decisión que, según varias fuentes, es la primera vez que se toma en el seno de UGT; "ni siquiera contra los implicados en el escándalo de los ERE de Andalucía se ha hecho algo parecido", apuntaron. El propio Aguar tildó de "cacicada" la suspensión cautelar, que, previsiblemente, conllevará su expulsión definitiva. "Lo peor es que me echan sin darme la oportunidad de defenderme y por denunciar una conducta que me parece éticamente reprochable", indicó.

El líder de UGT Aragón, Daniel Alastuey, que fue quien solicitó la suspensión de Aguar, declinó ayer hacer declaraciones y el sindicato tampoco mandó un comunicado al respecto.

"TAPAR BOCAS"

La decisión de la central, que ha querido zanjar en un tiempo récord la crisis, ha abierto una brecha en el seno de FSP. No hay que olvidar que la mitad de su ejecutiva y de su comité regional (unos 40 delegados sobre 100) apoyaban a Aguar y también pidieron una "regeneración" en el modelo de funcionamiento de la organización. En este sentido, diversas fuentes del sindicato lamentaron ayer que lo que busca la cúpula de UGT Aragón es "tapar bocas" e instaurar una "política del miedo" para "que nadie cuestione nada". "No creo que sea muy bueno imponer decisiones e impedir que se creen debates internos", subrayaron las citadas fuentes.

El conflicto en FSP se precipitó por una controversia en torno al número uno de UGT en Teruel, Aurelio Palomares. Aguar pidió que este fuera apartado de su cargo en una carta remitida a Alastuey el 7 de octubre. En el escrito se denunciaba el "abuso económico que esta persona está infringiendo a la organización", ya que consideraba que el sindicato le pagaba de "manera totalmente injustificada" el alquiler de un piso en Teruel, así como el agua, luz, calefacción y teléfono. Sin embargo, Aguar ya precisó que lo que denunciaba no era un "caso de corrupción", sino un "trato de favor injustificado" justo cuando el sindicato sufre problemas de tesorería (sus alrededor de 60 empleados llevan tres meses sin cobrar). Aguar agradeció ayer el apoyo de "muchos compañeros" que, según dijo, le llegaron a comentar que se irían con él de la organización.

Por su parte, Palomares se mostró "satisfecho" con la suspensión y recordó que ha interpuesto una querella contra Aguar por "injurias".

Alastuey, que por ahora no ha hablado públicamente, tendrá hoy la oportunidad de dar su versión, al ofrecer en Zaragoa una rueda de prensa junto al líder, Cándido Méndez.

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