De la vuelta testimonial del PAR el 23J al subibaja del bipartidismo: así ha votado Aragón en las elecciones generales desde 1977

Hasta 2015, dos fuerzas políticas se habían llevado más del 70 % de los votos de los aragoneses en todos los comicios

El aragonesismo de PAR y Chunta ha logrado convencer en diferentes momentos de la historia para tener presencia en el Congreso

Carteles electorales en la década de los 80

Carteles electorales en la década de los 80 / El Periódico de Aragón

La noche electoral del 23J dejó en Aragón la vuelta del Partido Popular como partido más votado en unas elecciones generales, una posición que había perdido en la doble cita con las urnas del año 2019, donde el PSOE se erigió como referente en la comunidad tanto en abril como en noviembre. La consecuencia de este viraje es que los colores políticos de los escaños aragoneses se han invertido. A los populares les corresponden 7 escaños (3 más que hace cuatro años) y a los socialistas 4 (2 menos que entonces).

Pese a esta pérdida de representatividad, lo cierto es que el PSOE no solo no perdió número de votos en Aragón, sino que creció. Poco, un 0,8%, pero creció.

Una panorámica del latido en la comunidad de todas las elecciones nacionales desde 1977, fecha de la recuperación de los comicios en nuestro país, deja una foto clara: la preponderancia del bipartidismo ha sido una dinámica repetida durante gran parte de la serie. Primero, con un UCD y PSOE como partidos hegemónicos; tras 1982, con los socialistas y el PP alternándose en la cabeza. En los 16 comicios nacionales celebrados en 46 años, los socialistas han sido la fuerza más votada en Aragón en 8 visitas a las urnas; el PP lo logró en 6 y UCD en las dos restantes, que fueron las primeras.

Se da la circunstancia de que el partido más votado en Aragón siempre ha coincidido con el ganador de las elecciones en España. También siempre, hasta ahora, el presidente del Gobierno ha tenido el mismo color político. 2023 puede ser la excepción que confirme la regla.

Un bipartidismo (casi) hegemónico

Durante décadas, el voto se ha concentrado principalmente en dos grandes partidos. UCD y PSOE durante los dos primeros comicios; PSOE y PP a partir de 1982 y hasta bien entrado el siglo XXI. Hasta 2011, era frecuente que las dos principales fuerzas concentraran entre el 70% y el 80% del voto aragonés. Los casos extremos, por diferentes motivos y en distintas direcciones, fueron las elecciones de 1982, las primeras de Felipe González como presidente del Gobierno, donde ambos partidos obtuvieron el 81, 7% de los sufragios de Aragón (el PSOE el 50,7 % el mayor respaldo jamás visto en toda la serie histórica); en 1993, el primer gobierno de José María Aznar, con el 83,6%; y el año 2008, segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, con el 84, 5 %, el momento estelar del bipartidismo.

Carteles electorales de la década de los 80

Carteles electorales de la década de los 80 / El Periódico de Aragón

Fue en 2015, con la irrupción de Podemos y Ciudadanos, cuando la tendencia comenzó a virar. Ambas formaciones aprovecharon el hastío con los partidos clásicos y se hicieron un hueco en las urnas. En esos comicios, la representatividad del bipartidismo visto hasta entonces bajó hasta el 53,9 % y vivió sus horas más bajas en abril del 2019 con tan solo el 51,1%. Fueron las elecciones donde, en Aragón, Ciudadanos dio el sorpasso al PP.

El pasado 23J, PP y PSOE se fortalecieron de nuevo y repuntaron, juntos, hasta el 67,41% de los sufragios.

El aragonesismo en Madrid

Una cuña en ese relato hasta 2015 han sido los partidos aragonesistas, primero de la mano del PAR y después junto a Chunta. La formación fundada por Hipólito Gómez de las Roces se estrenó en las elecciones de marzo de 1979 con un 6,1% y siendo cuarta fuerza política en Aragón tras UCD, PSOE e IU. Tuvo más apoyo que Alianza Popular -germen del PP-, que apenas se quedó en un 5,6 %.

En 1986, el 11,1 % de los apoyos en la comunidad posibilitó llegada a Madrid del primer diputado de una formación puramente aragonesista, el de su fundador. Cuatro años después revalizarían ese escaño, que recaería en José María Mur. La cresta de la ola en los comicios nacionales le llegó al PAR en 1993, con el 19,1 % de los sufragios. Tras ese brillante resultado, el PAR nunca llegó a alcanzar el 6%. En la repetición electoral de noviembre de 2019, la formación entonces presidida por Arturo Aliaga tomó la decisión de no presentar su papeleta por primera vez en 40 años. Este pasado 23J, con Clemente Sánchez-Garnica al frente, volvió a concurrir a las elecciones. Obtuvo un 0.57% y algo más de 4.000 votos.

El otro aglutinador del voto aragonesista es Chunta. Su lista estuvo presente en unas elecciones generales por primera vez en 1989, aunque apenas logró un 0,5% de los votos. Su momento llegó en el año 2000, cuando José Antonio Labordeta logró un escaño en el Congreso, consiguiendo revalidarlo en 2004. A partir de ahí llegó un retroceso electoral hasta que en 2011, en un coalición con IU, llevó a Chesus Yuste a la cámara baja. Este pasado 23J, de nuevo dentro de una coalición, esta vez integrado en Sumar, Jorge Pueyo ha logrado un hueco en el Congreso.

Ruptura del tablero político

El año 2015 supuso un terremoto en el tablero político. En esos comicios, a los partidos que ya acumulaban citas electorales en su haber se les sumaron dos formaciones nuevas. La primera fue Ciudadanos. Su papeleta ya estaba en 2008, pero no fue hasta entonces cuando logró apoyos significativos. Lo hizo con un 17,4 % aquel año y su ascenso meteórico culminó en abril de 2019, cuando se convirtió en la segunda fuerza con más votos de los aragoneses, sobrepasando al PP. La no culminación de un gobierno de Albert Rivera con Pedro Sánchez le jugó una mala pasada y en la repetición electoral perdió gran parte de la confianza de los electores. El 23J no se presentaron.

Podemos también vivió momentos de gloria, aunque sin llegar a superar a su rival por la izquierda. En 2015 se estrenó con un 18,8 % y en junio de 2016 rozó el 20 % en Aragón, pero el 2019 le jugó una mala pasada y perdió casi la mitad de sus apoyos.

Por el camino apareció también Vox, que irrumpió en 2019 con un 12, 3% de los votos tras dos citas siendo residuales en la comunidad. El auge nacional tuvo su traslación en Aragón en noviembre de ese año y este pasado 23J, la formación de Santiago Abascal ha sufrido un retroceso de 3 puntos.

Más fulgurante ha sido la entrada y salida de Teruel Existe. En noviembre de 2019 hicieron historia al lograr un escaño, el de Tomás Guitarte, que se convirtió en el espejo de la España Vaciada. Cuatro años después, sin embargo, han perdido apoyo en Teruel, evitando revalidar su puesto en Madrid