El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, avisó ayer a los detractores que hay en la formación de que no es una "pieza de caza" y de que está dispuesto a "plantar cara democráticamente" en la asamblea de diciembre, en la que deberán "repartirse las responsabilidades" de la crisis abierta.

Así lo afirmó en su discurso ante los 200 delegados del consejo político federal, entre ellos el secretario general del PCE, Francisco Frutos, su más encarnizado opositor dentro de IU. El consejo aprobó con el 71% de los votos el documento base de la asamblea extraordinaria del 10 al 12 de diciembre, convocada a raíz de la debacle electoral de marzo pasado.

Llamazares, que provocó las protestas de algunos presentes, aseguró que si se analiza la labor de la dirección en los últimos años, se observa que podría haber sido más eficaz, pero también que algunos de sus miembros han participado, con el fin de vigilar desde dentro, mientras otros prefirieron no liderar el proyecto pero dinamitar toda iniciativa.

En este sentido, Llamazares reclamó que la asamblea de diciembre no se transforme en la "caza del conejo", y pidió que no se atribuyan los fallos en exclusiva "a una cosa tan pequeña como este coordinador general".

"FRACASO ESTREPITOSO" Tras Llamazares intervino Frutos, quien insistió en exigir un cambio ante el "fracaso estrepitoso" que a sus juicio ha sufrido la actual cúpula de IU, y propuso una dirección colegiada que se haga cargo de la formación hasta la asamblea de diciembre. "Sois vosotros los que desde esta mediocridad que habéis demostrado debéis buscar la solución", dijo el líder del PCE. Frutos llegó a definir a los actuales dirigentes como el "tapón" que impide la solución de los problemas de IU.

"CHOQUE DE TRENES" Por su parte, el eurodiputado Willy Meyer pidió formalmente a Llamazares que retire las advertencias a sus críticos porque no encontrará a la federación de Andalucía, a la que pertenece, en este "choque de trenes".

Al término de las seis horas que duró el debate, Llamazares reconoció que, aunque duda de que vaya a presentar su candidatura, no renunciará a los aciertos de su gestión tras haberse "dejado la piel" durante cuatro años. "Me tendrán que arrancar con tenazas que mi dirección haya sido un fracaso total", sentenció.