Disputa en el Congreso

El PSOE acusa a Podemos de bloquear la negociación para la ley del 'solo sí es sí'

Montero critica que sus socios en el Gobierno no se quieran sentar a la mesa y buscar otras propuestas | Los socialistas admiten que han abordado este asunto "más tarde de los razonable en términos políticos"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Igualdad, Irene Montero.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Miguel Ángel Rodríguez / Juan Ruiz Sierra

El ala socialista del Gobierno ha mantenido prietas sus filas en el hemiciclo del Congreso de los Diputados ante los ataques de PP, Vox y Cs por las más de 400 rebajas de penas a violadores a causa de la ley del 'solo sí es sí'. Ni Pedro Sánchez, ni ninguno de sus cinco ministros que han sido cuestionados por este tema han entrado al debate. Ni tan siquiera han mentado la norma. Eso sí, ha sido traspasar la puerta que lleva a los pasillos de la Cámara baja y socialistas y morados se han puesto a airear sus discrepancias. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha desdeñado la nueva propuesta que les han hecho llegar sus socios y les ha acusado de bloquear la negociación. Mientras, la titular de Igualdad, Irene Montero, les ha reprochado que no quieran sentarse a dialogar.

Con más de tres semanas de choques a cuestas, en el seno del Gobierno no son capaces de alcanzar un entendimiento. Esa imposibilidad se ha escenificado este jueves en el Congreso. Los morados han asegurado que han enviado una nueva propuesta a sus socios. La sexta, aseguran. "¿Ustedes tienen la propuesta? Que trasladen la propuesta si es que realmente existe", ha reclamado la responsable de Hacienda. En un tono de voz del que se podía inferir su enfado con sus socios, la dirigente socialista ha subrayado que "se pueden mandar muchas propuestas, pero si todas preservan la parte que es discrepante no se avanza".

La cuestión radica en la introducción de la "violencia e intimidación". El PSOE pretende introducir estos conceptos como un subtipo de la agresión sexual y Unidas Podemos plantea que sea como agravantes. Fuentes de la parte socialista del Gobierno señalan que solo con su planteamiento se evitaría la rebaja de condenas. Ante la cerrazón de sus socios, admiten que están abocados a sacar adelante la reforma con quien quiera votar a favor, aunque sea el PP, y admiten que han abordado este asunto "más tarde de lo razonable en términos políticos".

Una "batalla perdedora"

Minutos después de que Montero (Hacienda) ha salido del hemiciclo Montero (Igualdad) para ofrecer su versión. "Estamos manteniendo la discreción para que no sea mi propuesta, sino una propuesta que permita que este pleno apueste por responder de forma unitaria a la preocupación de las víctimas", ha dicho al ser preguntada por el documento que han hecho llegar al PSOE. Además, ha asegurando que les han solicitado una reunión y que, por el momento, no tienen respuesta: "No entendemos por qué no quieren sentarse".

La ministra de Igualdad, la única que ha tenido que hablar de la ley del 'solo sí es sí' en el hemiciclo al ser cuestionada de manera directa por el tema, ha negado que las discrepancias con los socialistas sean por cuestiones técnicas, sino por un "problema político". "Estamos en un momento de riesgo para el retroceso de los derechos de las mujeres", ha advertido y, a renglón seguido, ha remarcado que ya son seis las propuestas enviadas a sus socios para evitar esto. "Esto no se mide al peso", critican fuentes del ala socialistas.

Las mismas voces admiten que la disputa en torno a la reforma de la ley del 'solo sí es sí' es "una batalla perdedora para la izquierda" y que "a la gente no le gusta". Sin embargo, aún quedan semanas de debates internos. Los socialistas, por el momento, descartan convocar un pleno extraordinario la próxima semana, algo que podría ordenar Meritxell Batet por sí sola, para la toma en consideración de la ley del 'solo sí es sí', después de que Podemos y ERC torpedearan su propuesta de acelerar este trámite. Así que todo parece abocado para que el Congreso aborde la controvertida norma el próximo 7 de marzo, un día antes del 8-M.