Dentro del colectivo LGTB, las mujeres lesbianas son las más invisibilizadas, una realidad que se agrava ante la doble discriminación que además sufren, por su género y por su orientación sexual.

En conmemoración del Día Internacional de la Visibilidad Lésbica, celebrado el 26 de abril, denuncian la desigualdad que padecen, reivindican sus derechos y hacen de la diversidad bandera social.

Con motivo de este día, María Ángeles, Inés, Cristina y Pilu han dado un paso al frente y narrado en primera persona los problemas a los que se han visto obligadas a hacerles frente como lesbianas con discapacidaden la España vaciada, a la hora de ser madres o en el puesto de trabajo.

Estas cuatro mujeres han compartido sus vivencias en un acto organizado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), para romper esa falta de visibilidad de referentes del colectivo lésbico en la sociedad: “Algunas estamos delante por todas aquellas que no pueden”, ha resumido Cristina Pérez, coordinadora de políticas lésbicas de la federación.

Abusos por ser lesbiana y miedo a denunciar

“Me he enfrentado a bastantes barreras. Cuando sucedan estas cosas no nos callemos, no nos sintamos pequeñas, denunciémoslo. (…) La sociedad es diversa y la hacemos todas las personas”, ha subrayado María Ángeles, lesbiana que padece una pluridiscapacidad con dolor crónico asociado.

“Me ha expuesto a una mayor vulnerabilidad frente a la discriminación”, ha denunciado.

La más traumática fue un delito de odio: “Iba por la calle de noche, volviendo de fiesta, y me estaban esperando cuatro personas escondidas. Recibí múltiples golpes y creía que no iba a salir viva. Afortunadamente una persona llamó a la policía. Las secuelas físicas fueron innumerables. (…) No me atreví a seguir adelante con la denuncia porque tengo mucho miedo de que vuelva a suceder. Es un trauma que queda de por vida”, ha contado.

María Ángeles ha criticado que la sociedad aún concibe a las mujeres con discapacidad como seres asexuados y sin derechos sexuales ni reproductivos y ha explicado las dificultades que se encuentra en las relaciones afectivas debido a su discapacidad: tiene que explicar que es una persona autónoma en las primeras citas.

Además, ha lamentado que sus opciones de adoptar a un niño por ser lesbiana y con discapacidad son muy limitadas.

Obstáculos burocráticos

Precisamente la discriminación en la maternidad ha llevado a Pilu a dar un paso al frente para exigir que las parejas de lesbianas puedan inscribir a sus hijos en igualdad de condiciones que las parejas heterosexuales, sin necesidad de estar casadas.

Pilu ha tenido que pasar por un proceso de adopción de su hija, a la que dio a luz su pareja, para constar en el registro civil como su madre.

“Cuando estábamos en el registro nos preguntábamos: ‘esto a quién protege, qué garantías ofrece, por qué es mejor así, qué aporta el hecho de estar casadas cuando una pareja heterosexual no tiene ningún problema para filiar a sus peques’. Si ese día hubiera ido cualquier hombre con mi pareja, habría podido registrar al bebé. Es absolutamente loco y absurdo. Sólo nos pasa a las mujeres lesbianas y bisexuales“, ha destacado.

Falta de referentes lésbicos

Inés, que tiene 21 años y es de Soria, tuvo que dejar su ciudad natal durante un tiempo debido a la discriminación que sufrió en su adolescencia en el centro escolar debido a su orientación sexual.

“Cuanta más cuenta me daba (de que era lesbiana), más miedo tenía porque mis compañeros de clase no estaban por la labor de crear un espacio seguro para mí. (…) Me sacaron del armario de mala manera”, ha sostenido. Inés faltó mucho a clase por esta situación y su expediente académico se resintió.

La joven ha aseverado que en la España vaciada no existen referentes lésbicos, ni siquiera en la televisión, por lo que internet se convierte en “la única ventana al mundo”.

Por último, Cristina, que forma parte de la FELGT, ha evidenciado los problemas que las lesbianas tienen que afrontar en el ámbito laboral: su pareja fue despedida de su empleo por este motivo y ella dejó la empresa en la que estaba por ser lesbiana también.

Según un estudio de la FELGTB realizado a partir de 139 entrevistas, una de cada diez lesbianas deja su trabajo por problemas derivados de su orientación sexual, el mismo porcentaje que no admite que lo es por evitar bromas, represalias y aislamiento.

El colectivo demanda la aprobación de la ley de Igualdad LGTBI para acabar con estos problemas a los que aún tienen que enfrentarse a diario.