En una de las jornadas más negras para los ocupantes, 11 soldados norteamericanos murieron ayer en Irak, ocho de ellos al estallar un coche bomba en la ciudad de Mahmudiya, al sur de Bagdad.

El coche bomba hizo explosión a media mañana, al paso de un convoy militar estadounidense. Los ocho soldados muertos pertenecían a la Primera División Acorazada, al igual que otros cuatro militares que resultaron heridos en el mismo ataque.

Horas antes, otro soldado estadounidense murió al ser atacado con un lanzagranadas mientras patrullaba por un barrio del este de Bagdad. Además, la cadena Al Jazira aseguró que otros dos militares de EEUU fallecieron en Baquba (50 kilómetros al norte de Bagdad) cuando una bomba estalló al paso de un convoy militar. Por otra parte, un civil surafricano murió en la ciudad meridional de Basora al ser tiroteado el vehículo en el que viajaba.

Por la tarde, aviones estadounidenses bombardearon Faluya, horas después de que se anunciara un acuerdo por el que las tropas norteamericanas se retirarían hoy de la ciudad y las fuerzas iraquís tomarían el control. De confirmarse este pacto, EEUU se retiraría de la ciudad sin haber logrado aplastar a los insurrectos en una operación iniciada el 5 de abril. Sin embargo, el Pentágono dijo desconocer este acuerdo, que pondría fin al asedio a Faluya.