"El cambio del barrio debe empezar por nosotros mismos, reconociendo que tenemos derechos y obligaciones". De este modo uno de los alumnos del curso Conviviendo en el barrio, de la Asociación Amediar y apoyado por el Plan de Integración del Casco Histórico (PICH), expresó la importancia de esta formación, que duró tres meses y que becó a 11 vecinos y vecinas para que se convirtieran en "agentes de cambio" en el Casco Histórico.

Durante tres meses, de la mano del Servicio de Mediación, los alumnos aprendieron sobre todo temas de salud comunitaria, pero también de medio ambiente, medios de comunicación, resolución no violenta de conflictos, eliminación de ruido en hogares, de basura en la calle, prevención de plagas, entre otras labores.

En el acto de entrega de diplomas celebrado el pasado 18 de diciembre se reconoció el apoyo de recursos del barrio como el Centro de Salud de San Pablo, el Instituto municipal de Salud Pública, el servicio municipal de Educación Ambiental, las diversas asociaciones de vecinos (Lanuza Casco Viejo, Parque Bruil-San Agustin o Arrabal-Tío Jorge), Radio Topo o Coop 57, entre otros colectivos.

Los participantes reconocieron que durante el curso habían adquirido herramientas para establecer en su comunidad diálogo, debate, propuestas para la sensibilización y mejora del entorno. Asimismo, los 11 hombres y mujeres, de diversa procedencia y origen, trabajaron como un equipo e interiorizaron "la mediación como alternativa y el respeto a las diferencias", según indicaron en la entrega de diplomas para "aportar algo de nosotros que dé más alegría al barrio".

Por su parte, el concejal presidente de la Junta de Distrito, José Manuel Alonso, señaló que el programa de mediación, y, en concreto, el curso de agentes comunitarios, "es hoy un éxito incontestable, que genera un amplio consenso en todo el barrio, del mismo modo que hoy nadie pone en tela de juicio la importancia de un Plan Integral para el Casco Histórico". Asimismo, Alonso agradeció con afecto la labor de los alumnos, así como la función del servicio de mediación, cuya asociación Amediar estrenó un nuevo local, en la calle San Pablo 57 de la capital aragonesa.