Escasas horas antes de que venciera el ultimátum unilateral de la Casa Blanca a Sadam Husein, que abre paso a la guerra contra Irak, los ministros de Exteriores de Francia, Alemania y Rusia acudieron ayer al Consejo de Seguridad de la ONU para alzar sus voces contra el ataque y advertir que exacerbará el peligro de más atentados terroristas. La protesta del trío pacifista chocó contra la inamovible decisión de EEUU y sus aliados, Gran Bretaña y España, de aplastar a Sadam por la fuerza. Los tres belicistas se dieron el lujo de un desaire: ni siquiera enviaron a sus ministros de Exteriores a la reunión.

El Consejo se reúne "algunas horas antes de que hablen las armas", clamó el elocuente ministro francés, Dominique de Villepin, que hizo hincapié en que el uso de la fuerza sólo puede legitimarse respetando el derecho. Su colega alemán, Joschka Fischer, añadió que "en las actuales circunstancias, una política de intervención militar no tiene ni credibilidad ni el apoyo de los pueblos", y subrayó que la Carta de ONU "no otorga base alguna para cambiar un régimen político por las armas".

"Irak ha cumplido prácticamente todas las condiciones impuestas por los inspectores", defendió por su parte Igor Ivanov, ministro de Exteriores ruso, que coincidió con sus aliados en que podía haberse desarmado a Irak por la vía pacífica e insistió en que "ninguna decisión de la ONU autoriza el recurso" a la fuerza, como sostiene Washington amparándose en la resolución 1441 y otras que exigen el desarme de Bagdad.

ADVERTENCIAS La advertencia más grave corrió a cargo de Villepin, quien, a la rosada imagen de democracia y prosperidad con que la Casa Blanca presenta la situación en Oriente Próximo tras la guerra, opuso el temor de que "la irrupción de la fuerza en esta zona tan inestable sólo servirá para acrecentar las tensiones y las fracturas de que se nutren los terroristas". "Para quienes piensan que, por medio de Irak, se erradicará el flujo del terrorismo, nosotros decimos que se arriesgan a errar su objetivo", dijo.

La reunión del Consejo había sido convocada para que Hans Blix, jefe de inspectores de la ONU, presentara los puntos pendientes para el desarme total de Irak, un informe irrelevante ante la inminencia del ataque, como el propio Blix reconoció.

Durante la reunión, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió de que la guerra empeorará la crisis humanitaria en Irak, e informó de que el organismo sólo ha recibido 34 millones de euros (5.657 millones de pesetas) de los 123,5 millones (20.548 millones de pesetas) que pidió a los países donantes.