Las monitoras de los comedores escolares han decidido continuar con la huelga e incumplir los servicios mínimos impuestos por la DGA a partir del lunes. Así lo decidieron por mayoría en una asamblea celebrada el jueves con la intención de presionar en las negociaciones sobre sus sueldos y horarios laborales.

Las trabajadoras ya se movilizaron los pasados 20, 21 y 22 de septiembre para protestar ante la modificación del periodo dedicado a la hora de comer en los centros escolares, que pasó de dos a tres horas, con el consiguiente recorte de salario. Ahora, han empezado a cobrar los salarios correspondientes a septiembre y el recorte ha sido "escandaloso", según señaló Carmen Brusel, presidenta del comité de empresa de Eurest, una de las empresas del sector. De unos 300 euros mensuales aproximadamente han pasado a cobrar 200, un tercio menos.

"Estamos muy cansadas, dolidas y enfadadas. La Administración no ha intervenido y los padres de los niños se quejan, pero somos nosotras las que hemos perdido parte de nuestro sueldo", apuntó Brusel.

En la primera jornada de huelga de septiembre, la DGA contabilizó una participación del 6% entre las 515 trabajadoras, cifra que se debió según los sindicatos a los "abusivos" servicios mínimos impuestos por la Administración. A partir del lunes, el horario de clases ya no será intensivo sino partido, por lo que más niños utilizarán el servicio de comedor escolar. La medida afectará a más de 24.000 niños y a las aproximadamente mil monitoras que trabajan en los colegios aragoneses.

Por su parte, la consejera de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno aragonés, Eva Almunia, manifestó ayer que espera que se cumplan los servicios mínimos y reiteró que la competencia para decidir los horarios dedicados al comedor es "exclusiva" de los centros educativos. Almunia defendió la autonomía que poseen los colegios, una autonomía que su departamento "no va a negociar". La responsable de Educación apuntó que el Gobierno aragonés se limitará a "exigir" a las empresas adjudicatarias de los comedores que garanticen los servicios mínimos.

En representación de los padres, la presidenta de Fapar, Teresa Paniello, sentenció que lo primero son los intereses de los niños y que aunque no están de acuerdo con que se comprima el horario de comedor, seguirán exigiendo el cumplimiento de las indicaciones de la DGA.