El conflicto entre la empresa Districlima, el Ayuntamiento de Zaragoza y la sociedad Expo Zaragoza Empresarial, en realidad, lleva años discutiéndose en los despachos. Y sobre todo gira en torno al argumento de la ocupación del parque empresarial. Cuanto más espacios vacios o en desuso haya, menos rentabiliza la empresa su inversión inicial, valorada en unos 17 millones de euros. Pero, lo cierto es que las pérdidas que alega de los ochos primeros años de explotación las rechaza una auditoría encargada, por la propia Expo el año pasado, en la que se le recuerda que en una concesión a 40 años no se puede medir solo el rendimiento económico de los ocho primeros años. Además, desde la sociedad pública (en la que el Gobierno aragonés tiene el 97,5% del accionariado) se destaca que la comercialización de espacios en el parque empresarial es el que marcaba la planificación inicial, conocido por esta empresa, y que la Ciudad de la Justicia, que representa más de la mitad del espacio total, ya está funcionando a pleno rendimiento. De hecho, su factura de la climatización supera los 600.000 euros todos los años.

Lo único que ha fallado en ese plan de negocio, en realidad, son los edificios emblemáticos. Cada uno de ellos representa una facturta de más de 100.000 euros al año, pero su inactividad ha supuesto un varapalo para el negocio. Eso no significa, señalaron desde el consistorio, que en los próximos 32 años no vayan a estar funcionando. Este y otros edificios emblemáticos.