La reforma del campo de La Romareda parece ser una utopía. Tres gobiernos de Zaragoza han intentado sin éxito dotar a la ciudad de un nuevo estadio de fútbol. Y tres han sido los proyectos fallidos que le han supuesto un coste de más de siete millones a las arcas públicas para acabar olvidados en un cajón. Ahora, el nuevo alcalde de la capital aragonesa, Jorge Azcón, se ha propuesto acabar con esta quimera y está moviendo cielo y tierra para conseguir reformar La Romareda. Por ahora cuenta con el apoyo del Real Zaragoza -que explota el campo tras un convenio de cesión firmado con el consistorio- y del Gobierno de Aragón. También parece que, a priori, tendría la mayoría plenaria, porque la coalición PP-Cs suma ya el apoyo del PSOE.

Pero la política ha sido, precisamente, uno de los principales motivos por los que los proyectos se han quedado en papel mojado, además de las triquiñuelas para conseguir financiación. PSOE y CHA rechazaron la propuesta de Atarés (2002) porque pretendía financiar la obra construyendo mil viviendas libres en el solar de La Romareda, algo que para estas dos formaciones era era un pelotazo urbanístico y proponían que se destinase a infraestructuras sanitarias. Una exigencia del PSOE curiosa, pues en el 92, cuando presentaron el proyecto de García Nieto también planearon que en el solar se levantasen pisos.

También resultaba llamativo que el PP, entonces, votó en contra porque consideraba que la venta de suelo para viviendas era «una maniobra para sanear la economía municipal». Tampoco contó con consenso el proyecto de Juan Alberto Belloch de derruir y reconstruir el estadio en su ubicación natural. La Justicia acabó anulando el plan después de que PP-PAR recurriesen la permuta aprobada por el Gobierno PSOE-CHA con la que iban a vender un solar municipal por más de 70 millones para costear los trabajos. El último intento, esta vez con un Gobierno PSOE-PAR, logró casi la unanimidad, porque PP e IU apoyaron la propuesta del equipo de Gobierno de trasladar el estadio al barrio de San José. Solo CHA se descolgó. Esta vez no fue la ausencia de consenso político lo que provocó que se desistiese, sino la falta de financiación y el azote de la crisis.

Ahora es el PP el que quiere recuperar este sueño para los zaragocistas que lleva coleando desde el 20 de enero de 1999, cuando una delegación de la UEFA visitó La Romareda dentro del examen de la candidatura de España para la organización de la Eurocopa del 2004. Ese día Zaragoza perdió una oportunidad de oro por no tener unas instalaciones aptas.