La marcha atlética atrapó a una niña muy movida de Leciñena que, desde entonces, no ha dejado de trabajar por y para el deporte. Primero convirtiéndose en récord de Aragón y de España de 20 kilómetros marcha y disputando dos Mundiales y, después, como socióloga, investigadora y profesora en la Universidad San Jorge. «Mis amigas se apuntaron a atletismo, probé y tuvimos la suerte de que en nuestro colegio estuviese de entrenador Enrique López. Era el monitor de la extraescolar y el entrenador de la sección de atletismo del Real Zaragoza. Empezamos a ir a la Ciudad Deportiva a entrenar y competir y ese mundo me fue ganando poco a poco», recuerda Celia Marcén.

La zaragozana «sobrevivió» varios años del atletismo, siempre estudiando y trabajando al mismo tiempo, hasta que una lesión en 1999 le impidió pelear por ir a los Juegos de Sídney y le obligó a retirarse. «Fui medalla en los Juegos del Mediterráneo en Bari del 97, bronce por equipos en Copa de Europa, quedamos quintas por equipos en la Copa del Mundo. Todo resultados discretos, no tengo ninguna medalla en campeonatos importantes. Estuve en dos Mundiales de pista, dos Copas del Mundo y un Mundial universitario», resume la zaragozana.

Al retirarse se marchó a México para un trabajo de ocho meses y pasó casi ocho años al servicio de los diferentes gobiernos federales. «Si hubiera una profesión que fuera estudiante me la pedía, siempre me ha gustado mucho. Y me ha gustado estudiar cosas que me relajaran de la práctica deportiva. Mi forma de ver el mundo era sociológica así que estudié Ciencias Políticas y Sociología en la UNED. La terminé estando ya en México». A su regreso estuvo en la Universidad de La Rioja y, desde la creación del Grado de la Actividad Física y el Deporte, en la San Jorge.

Ahora se le acumulan los proyectos. «Coordino tres proyectos europeos. Uno es de actividad física en el ámbito rural, de promoción con todo lo que se puede hacer de forma autónoma o en grupos informales en el ámbito rural. Estamos en un proyecto de BMX para diseñar formación específica que no existe en toda Europa porque los técnicos se tienen que formar en ciclismo en general, que no tiene nada que ver. Y un tercero es la promoción de la actividad física con deportes menos conocidos en coles», repasa.

Ahora está alejada de la marcha pero siempre conectada con el deporte, enseñando y aprendiendo. «Disfruto mucho con mis alumnos. Ellos van conociendo otras realidades deportivas muy diferentes a la que yo he vivido y tienes ese punto de debate con ellos que te aporta muchísimo. Y la investigación me encanta. El deporte me ha dado tanto que es la forma que yo tengo de devolver a la gente una parte de lo que a mí el deporte me ha dado en mi vida. No sé si ellos sacan de mi más de lo que yo saco de ellos», asegura Celia Marcén, aquella niña muy movida de Leciñena que se mantiene siempre en marcha, con múltiples proyectos para el deporte.