El pasado mes de abril, Toledo celebró los días 2 y 3 el Campeonato de España de atletismo adaptado en el que participaron más de 100 atletas con discapacidad. Aragón consiguió 12 medallas: 3 de oro, 4 platas y 5 bronces, superando las 7 del año pasado. Participaron deportistas de todas las edades desde la sub-14 hasta la sub-20. Las protagonistas aragonesas fueron Claudia Rovira, Diana Paval y Jara Solarnier, acompañadas por Casimiro Martínez, su técnico, y dos guías, debido a la grave deficiencia visual de las atletas.

Durante el viaje, el equipo aragonés lo pasó en grande reuniéndose de nuevo con otros atletas. «Lo mejor de estas competiciones es reencontrarse con los amigos que haces en las pistas. Cada año conozco a más gente con la que hablo durante todo el año», declara Jara Solarnier. Claudia Rovira se alegra de ver a personas que ya conocía. «Fue muy ilusionante reunirme de nuevo con gente que conozco por encuentros anteriores o por redes sociales y diferentes grupos creados en la cuarentena», detalla la atleta. 

Los resultados fueron positivos para Rovira, ya que consiguió un satisfactorio primer campeonato con tres bronces en lanzamiento de peso, longitud y 100 metros lisos. Solarnier también terminó con muy buenas sensaciones, mejorando sus marcas, alcanzando la plata en los 1.000 metros lisos y compitiendo en longitud y 100 metros lisos, donde quedó 4ª y 6ª, respectivamente. «Mi especialidad es el medio fondo más que la larga distancia. Siempre entreno para mejorar, pero son muchas las rivales que me lo ponen difícil en mi categoría», admite. Diana Paval, por otro lado, en función de su marca saca una conclusión u otra para valorar su desempeño. «Si acabo primera me siento más relajada. Si no he ganado siento que no soy buena en esa prueba. También lo achaco al esfuerzo y pienso en autoexigirme más», apunta. No obstante, la atleta consiguió la medalla de plata en la prueba de lanzamiento de peso y finalizó 6ª en salto de longitud y 5ª en los 100 metros lisos. «Conseguir el oro en lanzamiento es mi mayor ambición, aunque también quiero mejorar los 100 metros lisos», subraya.

No todo fue coser y cantar. Las aragonesas se enfrentaron a diferentes dificultades y distintos competidores. Rovira cree que notó diferencia con sus contrincantes, ya que solamente llevaba un par de meses compitiendo. Solarnier, por otro lado opina que le afectó el color de las pistas y el entorno. «El color de las pistas era diferente al que estoy acostumbrada, al igual que el entorno y las rivales». Paval, por el contrario, cree que le pudo dificultar correr con implantes cocleares, aparato colocado en la oreja que da sensación de sonido a una persona con problemas de audición. «Cuando corro a veces se me caen y tengo que parar para ponérmelos», detalla.

Las atletas ya se centran en la próxima competición que tendrá lugar del 10 al 12 de junio en Segovia y donde esperan volver a poner el nombre de Aragón en alto con suma ambición.