La DGA y el Ayuntamiento de Épila dispondrán de una parcela de 10 hectáreas, correspondientes al 10% de cesión para usos lucrativos. Solo podrán incluir servicios o empresas relacionadas con el sector de la agroalimentación. El Ejecutivo autonómico ha expropiado las 146,1 hectáreas necesarias para levantar la planta de Bon Área, adquiridas por Guissona. El área de actuación está dividida en dos subsectores que están separados por la carretera autonómica A-1305, vía que conecta con la autovía A1 y Épila. El subsector 1 cuenta con 207 hectáreas y será el que albergue actividades relacionadas directamente con Guissona. El subsector 2 tiene 35,32 hectáreas.

El consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, quiso destacar la magnitud del proyecto de Bon Área de Épila a modo de comparativas. Explicó que, una vez que la plataforma agroalimentaria esté funcionando a pleno rendimiento, el consumo de agua de la planta será el mismo que el de la población de Calatayud, el de saneamiento será equivalente al de la capital turolense y que la demanda eléctrica será similar a la de la General Motors (GM). La DGA ha puesto mucho empeño en que este proyecto, con una inversión global de 400 millones, salga adelante y en que lo haya hecho en el menor tiempo posible por las repercusiones económicas que tendrá en toda la comunidad.

La plataforma agroalimentaria que comenzará sus obras el próximo lunes prevé la creación de 4.000 puestos de trabajo directos, además de los indirectos. Un volumen que, sin duda, ampliará el número de habitantes de Épila. El alcalde de la localidad, Jesús Bazán, explicó ayer que se está trabajando en proporcionar suelos y adaptarlos, sobre todo en el casco viejo, para que se pueda construir vivienda nueva tanto pública como privada. Sin embargo, admitió que por la cercanía con Zaragoza, con la que hay «buenas comunicaciones», es muy probable que la mayoría de los trabajadores de Bon Área residan en la capital aragonesa y acudan a diario hasta el municipio.