Funidelia es una de las empresas españolas que más y mejor ha sabido exprimir las potencialidades del comercio electrónico. La firma aragonesa se puso en marcha en mayo del 2011, poco después de que sus dos fundadores, los oscenses Carlos Larraz y Toño Escartín, se dieran cuenta de que había un hueco por llenar en el sector de la venta de disfraces on line. «Teníamos unos amigos que compraban bastantes disfraces por internet y siempre los adquirían en empresas de EEUU porque en Europa no había compañías chulas», explica Larraz, que apunta, además, que los gastos de envío encarecían mucho estas compras.

Poco a poco, fueron posicionándose en el sector y conquistando nuevos mercados. Apenas ocho años después, Funidelia factura 23 millones de euros (el doble que en el 2016) y emplea a cerca de 60 personas en sus oficinas centrales de la calle Alfonso de Zaragoza, el triple que en el 2014.

Su mejor día en los últimos carnavales lograron vender más de 15.000 disfraces y complementos. Todo un récord que han conseguido tras años «de esfuerzo y dedicación». La firma ha sabido posicionarse con fuerza y rapidez en los buscadores de internet, expandiéndose con celeridad por medio mundo. De hecho, la aragonesa exporta el 80% de sus ventas a 32 países.

«El primer año nos centramos en España, pero en el 2013 nos empezamos a abrir ya a Francia y Alemania», indica Larraz, que tiene 33 años, igual que Escartín. En estos años, han logrado desarrollar un sistema logístico propio, aunque esta actividad la externalizaron en el 2014 para centrarse en exclusiva en las ventas. «En nuestro sector los tiempos de entrega son críticos», apunta Larraz.

Para cumplir los plazos de entrega en 24 horas, la empresa cuenta con cuatro hubs logísticos situados en Madrid, Colonia (Alemania), Lyon (Francia) y Suecia que opera de la mano de su partner Logifashion. La compañía sabe que si quiere seguir expandiéndose por el resto del mundo deberá abrir nuevos almacenes, por lo que ya está estudiando instalarse en Reino Unido, en Asia o en Australia. «Tenemos muy claro que el nuestro es un negocio de volumen: necesitamos maximizar el número de pedidos a la vista de su margen», comenta el joven oscense.

«Ahora también queremos centrarnos en diseñar nuestras propias colecciones porque es una vía importante de crecimiento», añade Larraz, que indica que, como es habitual en el sector, sus productos se fabrican en Asia, si bien la mayoría de sus proveedores son de EEUU.

RECONOCIMIENTOS

La meteórica expansión registrada por la firma oscense ha sido reconocida en más de una ocasión. En el 2017, por ejemplo, fue una de las pocas empresas españolas que apareció en el ranking de las 1.000 empresas europeas con mayor crecimiento que elebora el prestigioso Financial Times. Funidelia ocupó el puesto 94.

Por otra parte, la compañía recibió el mes pasado el premio nacional a pyme del año que entregan la Cámara de Comercio de España y el Banco Santander. «Los reconocimientos nos hacen mucha ilusión, es algo impensable para nosotros hace solo unos años», señala Larraz.

Y es que solo han pasado ocho años desde que ambos emprendedores (Larraz es licenciado en Empresariales y Escartín es teleco) iniciaran su proyecto empresarial en un garaje de Huesca de 20 metros cuadrados.

Ahora, la firma, que sobre todo vende en España, Alemania, Francia e Italia, cuenta en su catálogo con unas 40.000 referencias. «Ojalá podamos seguir creando empleo en Zaragoza», destaca Larraz, que asegura haber notado «un gran aumento de las visitas desde teléfonos móviles», una causa más de la expansión del e-commerce.