La situación es mejor que hace solo una década, pero las personas con discapacidad, y sobre todo las que tienen menos de 35 años, siguen siendo las grandes olvidadas del mercado laboral aragonés. De hecho, el 72% de los jóvenes con discapacidad de la comunidad «ni tiene empleo ni lo busca», un dato que evidencia que Aragón aún tiene que avanzar mucho en esta materia. Así lo advirtió ayer la directora general de Trabajo del Ejecutivo autonómico, Soledad de la Puente, en el transcurso de la jornada El valor de la diversidad en la empresa del siglo XXI.

Las diferentes mesas redondas, organizadas por la Cátedra FCC de Prevención de Riesgos Laborales y Recursos Humanos de la Universidad de Zaragoza, reunieron a un buen número de expertos y organismos que trabajan día a día en la comunidad por lograr la inclusión laboral de las personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social.

Para alcanzar ese objetivo, De la Puente subrayó que la formación y los itinerarios personalizados impulsados por la administración deben jugar un papel «prioritario», aunque aseguró que también se necesita el apoyo «del ámbito empresarial». «Hay que motivar y hacer ver a las empresas que las personas con discapacidad tienen un gran potencial», dijo De la Puente, que reconoció que el hecho de que cada vez más firmas sean socialmente responsables está impulsando la inclusión socio-laboral.

En este sentido, el director de Recursos Humanos de FCC, Carmelo Jiménez, apuntó que la incorporación de personas con discapacidad hace que las empresas «ganen en competitividad y mejoren su imagen y reconocimiento social». Por eso, animó a todas las compañías a perder el miedo «para que vaya cundiendo el ejemplo». «Al final se trata de lo mismo: de buscar perfiles acordes con nuestras necesidades y las capacidades del trabajador», indicó Jiménez, que inauguró la jornada junto a De la Puente.

Así, el director de Recursos Humanos de Atades, Iban Barrios, explicó en una mesa redonda posterior que las empresas deben definir muy bien cada puesto y las competencias necesarias para desempeñarlo. «Nosotros les vamos a ayudar en todo este proceso», apuntó.

Tal y como indicó Sonia Auré, de la Agrupación de Personas Sordas ASZA, las entidades del sector también se encargan de informar a las firmas de las subvenciones a la contratación que pueden recibir cuando fichan a una persona con discapacidad. «Además de mejorar su imagen corporativa obtienen ayudas económicas y reducciones fiscales», comentó Auré, que destacó la «alta motivación» de las personas con discapacidad. «Incluso ayudan a mejorar el ambiente de trabajo», apuntó el coordinador de Plena Inclusión Aragón, Luis Pastor.

CREAR REFERENTES

En lo que coincidieron todos los expertos es en la importancia de dar a conocer las buenas prácticas que se desarrollan en Aragón para crear referentes que puedan ser replicados. «Es importante dar a conocer lo que hacemos porque no hay que olvidar que una quinta parte de los habitantes son personas con discapacidad y pueden ser un valor añadido para las empresas», subrayó la especialista de apoyo al empleo de la ONCE, Pilar Azara.

En este sentido, las compañías aragonesas Saica, Airfal, Zoilo Ríos o Arpa explicaron sus buenas prácticas en una jornada en la que los sindicatos también pudieron analizar el desafío de la inclusión en las empresas.