La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha absuelto a Jesús M. C., exprofesor de música en el instituto Avempace de Zaragoza, del delito de abusos sexuales por el que la Fiscalía y la familia de la alumna con la que mantuvo relaciones le pedían siete años de prisión. El tribunal ha considerado que la adolescente tenía a sus 15 años un desarrollo psicofísico normal, que las relaciones fueron consentidas y que este consentimiento no vino "viciado" por recompensas o una posición dominante del maestro. Por todo ello, los jueces consideran que los hechos pueden ser "éticamente reprochables", pero no castigables penalmente.

Según recoge la sentencia como hechos probados, entre el profesor, que entonces (entre los años 2009 y 2010) tenía 43 años, y su alumna de 15, se creó una "corriente de simpatía" cuando ella iba con otras amigas a su clase en los recreos, para hablar con Jesús M. C. o consultarle dudas.

En una ocasión, en diciembre del 2009, el profesor le dio un beso en la boca, y desde entonces comenzaron a quedar alguna tarde, a comunicarse por Messenger o por cámara web. Y acabaron manteniendo relaciones sexuales en el coche en el que el profesor pasaba a recogerla, hasta en cuatro ocasiones. La madre denunció al maestro cuando se enteró de esta relación, en el 2010.

En el análisis de los hechos, los magistrados de la Sección Primera consideran que las "relaciones sexuales completas" entre profesor y alumna contaron con la "anuencia de los dos", como declaró la propia menor durante el juicio, celebrado a puerta cerrada.

La menor ya había cumplido la edad establecida para el consentimiento sexual, los 14 años, y según el informe de los peritos su "desarrollo psicofísico" era "compatible con la normalidad", sin que presente traumas tras las relaciones.

La sentencia añade que "no existe constancia de que el procesado se aprovechase de su condición de profesor para hacer regalos a ésta con los que pretender ganar su voluntad; ni asimismo que tuviera influencia para obtener buenas notas en sus estudios, si se tiene en cuenta que dicha menor ha tenido siempre unas notas brillantes sin necesidad de ayuda de ningún tipo". Por ello absuelven libremente a Jesús M. C., defendido por la letrada Carmen Cifuentes.