La crecida histórica del río Ebro cumple su primer año con importantes frentes sin resolver. La gran avenida que se produjo del 6 al 11 de febrero del 2003, la mayor en los últimos 40 años, ha dejado cierto sabor amargo en los afectados. Los damnificados critican las valoraciones a la baja de los daños privados; la lentitud en la reparación de ciertas infraestructuras hidráulicas y caminos; los proyectos pendientes de diques y motas que aseguren cascos urbanos, o la falta de un debate serio sobre la limpieza del río como medida de prevención de nuevas riadas.

Por el contrario, todas las instituciones competentes cifran en números millonarios los gastos pagados o subvencionados a los 27 municipios implicados y dan por ejecutadas, casi en su totalidad, las reparaciones.

Dos puntos de vista diferentes que ayer quedaron de manifiesto en el debate organizado en Pradilla, y al que asistieron representantes del Gobierno de Aragón, de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), damnificados, alcaldes y ecologistas.

Las inundaciones afectaron a unas 10.405 hectáreas de la ribera del Ebro. Pero también a viviendas, infraestructuras municipales, carreteras, caminos, motas y diques, acequias y sistemas de riego. Desde Novillas a Quinto, 52.000 habitantes, más los de Zaragoza capital, observaron atónitos cómo el caudal subía hasta la cota máxima de más de 3.000 metros cúbicos por segundo.

Ya ha pasado un año y Pradilla, la única localidad evacuada, continúa siendo la más afectada. Tres familias siguen sin poder entrar a sus casas. "Las tramitaciones para recibir el dinero por las viviendas van a un ritmo muy lento. Las calles están aún levantadas, faltan por construir cerca de un 15% de las acequias y el 80% de los agricultores no ha podido regar sus huertas", señala el alcalde, Luis Eduardo Moncín.

Pradilla valora sus pérdidas en millones de euros, pero lamenta "la falta de atención sobre el tramo más peligroso del dique que protege el casco urbano". Esta misma semana se ha conocido que técnicos de la CHE y la DGA elaborarán un informe conjunto para valorar cómo acometer y financiar esta obra. La CHE está dispuesta a pagar el 25% de los costes y pide que el ayuntamiento y la DPZ también se impliquen.

La petición de limpieza y drenaje del Ebro es unánime en todos los pueblos ribereños. "Si este año el Ebro trae un caudal como en el 2003, las consecuencias van a ser mucho peores. Las nuevas motas están resquebrajadas y el río cada vez tiene más maleza y un nivel más alto. Esto será la ruina". Así opinan los alcaldes de Novillas, Cabañas o Remolinos, por ejemplo.

Desde la CHE se contesta que las actuaciones sobre las motas las han favorecido, al igual que han mejorado las estaciones de aforo. Sin embargo, la limpieza "no avanza" por problemas medioambientales.

EL DINERO Sobre los gastos, la DGA recuerda el crédito de 18 millones de euros. Y la subdelegación del Gobierno añade, entre otros: los 2,75 millones del Consorcio de Compensación de Seguros; el gasto de 19,5 millones de la CHE; más de 4,5 millones del Ministerio de Agricultura; 33.094 para daños en viviendas no aseguradas y 486.093 para gastos de emergencia a cargo del Ministerio de Interior; 961.836 para infraestructuras municipales por parte del Ministerio de Administraciones Públicas. A esto se suma la gestión y el apoyo logístico de la DPZ.