Muchos han sido los aragoneses que durante estas semanas han vivido de cerca la alarma social que se ha generado por la llegada del coronavirus a la zona norte de Italia. Desde ahí, aseguran que se está exagerando la situación y mandan un mensaje tranquilizador a la sociedad, asegurando que falta mucha información sobre el tema para no generar más caos en las ciudades.

Marta Ortillés - Estudiante de Erasmus en bolonia

“He vuelto hasta que se calme la situación”

Marta Ortillés es una zaragozana de 22 años que, un mes después de haber venido a disfrutar de la Navidad en familia, se ha encontrado con que Bolonia, ciudad en la que reside desde septiembre del año pasado estudiando Derecho y ADE, es un caos. Ortillés aseguró que el lunes «la gente se empezó a asustar» e incluso sus padres le dijeron que se planteara «el volverme a España». Por esto mismo, Ortillés cuenta su experiencia una vez aterrizada en Barcelona para poner rumbo a Zaragoza durante unos días «hasta que se calme la situación en todos los sentidos» porque, según comentó, «muchos medios de comunicación han exagerado la situación y mis padres me decían cosas que eran auténticas locuras que no se asemejaban a la realidad que estábamos viviendo».

Ortillés aseguró que los primeros días la alarma social sí que provocó que los supermercados «se vaciaran» pero a pesar de eso, «la gente no iba con mascarillas y todo ha seguido normal».

El miércoles, esta joven volvió a España «más que nada por el miedo a que cerraran fronteras». Según informó, en ninguno de los aeropuertos se encontró ningún control de temperaturas «y poca gente iba con mascarilla». Desde allí o desde aquí, Ortillés sigue opinando lo mismo y considera que «no es tan grave» y que se está «exagerando mucho la situación creando una imagen que no es la realidad».

Gerardo Brun - Estudiante de Erasmus en Bolonia

“El lunes fue un día de histeria colectiva”

Gerardo Brun es un joven de Sabiñánigo que llegó a Bolonia en Septiembre con una beca Erasmus para estudiar el doble grado de Derecho y Administración y que ahora está viviendo de cerca la alarma creada con el coronavirus. Brun explicó que en la zona en la que él reside, a pesar de estar en el norte, se encuentra un poco alejada del foco central situado en Milán, pero aun así, «hasta la fecha, en la región de Emilia-Romagna ha habido 18 casos».

Brun consideró que «hay una gran alarma social» que comenzó el domingo cuando el gobierno sacó un decreto en el que se explicaba que «se iba a limitar la apertura de sitios donde hubiera aglomeraciones». Desde ese día, las clases siguen canceladas y Brun explicó que tanto el lunes como el martes, «fueron días de histeria colectiva» que provocó que los estudiantes, tanto extranjeros como italianos, volvieran a sus casas o incluso se trasladaran al sur de Italia. «Algunos de mis amigos se han vuelto a España pagando auténticas barbaridades», comentó.

Brun mandó un mensaje tranquilizador y aseguró que todas las medidas que se estaban adoptando eran «por precaución» porque la incidencia en Bolonia «no estaba siendo muy grave».

Por este motivo Brun aseguró que no tenía «ninguna intención de volver a España» y que confiaba en que la semana que viene se reanudaran las clases y todo volviera a la normalidad.

Maite Angoy - Agente inmobiliario en Cuneo

“Están tomando medidas sin sentido”

Maite Angoy es una zaragozana que lleva 24 años en Italia, en Cuneo, trabajando como agente inmobiliaria. Angoy asegura que la situación «es rara» debido a que en un primer momento cerraron todos los colegios y «por la calle apenas se ve ni a gente paseando a sus perros».

Angoy comentó que su trabajo no se ha visto afectado en este sentido porque febrero «suele ser un mes un poco flojo» pero contó que vaya a la zona que vaya de la ciudad, apenas se ve a gente «a pesar de que en nuestra región tan solo ha habido un único caso confirmado. Además, añadió que este tema se colaba en todas las conversaciones y que la sociedad estaba «histérica» porque la información no era clara.

Como muchos zaragozanos, Angoy no quiere perderse la Cincomarzada por lo que ya tenía un vuelo cogido desde hace tiempo para aterrizar Zaragoza el próximo miércoles. «Mi avión sale desde Bérgamo, en Lombardía, en el centro del brote de la epidemia». «Estaré pendiente de lo que pase pero mi intención es ir a no ser que en los aeropuertos me digan que no puedo».

En cuanto a curiosidades de cómo se está gestionando el tema en Italia, Angoy contó que en el banco no dejan hacer filas dentro de la oficina, sino que la gente espera fuera y entra de una en una. «Son medidas que no tienen sentido ni criterio porque fuera estamos todos juntos y al entrar y salir nos volvemos a encontrar».